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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta semana nos llega a la cartelera una película china, algo nada frecuente. Se trata de un profundo drama familiar en el que dos matrimonios se adaptan a los grandes cambios sociales y económicos que tienen lugar en China desde la década de 1980.
La muerte de un niño, Xingxing, en un dramático accidente, mientras su mejor amigo Haohao vive, hace que los caminos de las dos familias se separen.
Sin embargo, la búsqueda de la verdad y la reconciliación permanecerán hasta nuestros días.
Este drama de Wang Xiaoshuai, decimocuarto de su filmografía, que transcurre desde la década de 1980 hasta nuestros días, narra la vida del matrimonio compuesto por Yaoyun y su mujer Liyun que es una pareja feliz, hasta que un día pierden a su único hijo Xingxing, ahogado en un embalse, y deciden abandonar la ciudad y marcharse a un pueblo para olvidar su pena y para cubrir su vacío adoptan otro, Liu Sing, que no les reconforta como ellos desearían.
Cuando este último ya crecido opta por alejarse de ellos, a la pareja sólo le quedará un hogar solitario y la nostalgia, al no regresar y darlo por muerto.
Las tres horas abarcan tres décadas de historia en la que lo político y lo privado se fusionan en esta película china hace pensárselo a cualquier espectador por muy aficionado al cine que sea, y sobre todo, como es el caso, con una larga historia inmersa en una sociedad en medio de cambios constantes que, además, está contada con continuos flash backs que le lleva a confusión a la hora de seguir la trama, con el inconveniente añadido de la dificultad de distinguir a los actores chinos, por lo que hay que tener paciencia a la hora de situar cada hecho en su lugar y en el tiempo en que ocurre en este bello film, intenso y emocionante.
Otra de las cuestiones es que por medio se mete la política de la nación china en tiempos de Mao, con la revolución socialista, la restricciones a la hora de poder tener un único hijo a las parejas en situación de hacerlo, algo que también influye en el drama que se desarrolla a lo largo del argumento.
La política del hijo único se implantó en China a partir del año 1979 como medida del control de la natalidad, (actualmente se permiten dos) bajo pena de multa e incluso de poder perder el trabajo, como le puede suceder a la pareja protagonista que el que tenía muere en un accidente que le marca toda su existencia.
Cuando intentan tener un segundo le hacen abortar y en cambio hipócritamente le dan un premio como pareja ejemplar en la planificación familiar.
El director perteneciente a la Sexta Generación del cine chino, del que conocemos en España La bicicleta de Pekín (2001) y Sueños de Shanghai (2005), al tiempo que desarrolla el drama de esta familia de clase trabajadora en la década de 1980, la elige como base para mostrarnos también la evolución política del país en los últimos años con la represión que muchos sufrieron debido al régimen comunista, los despidos en las fábricas provocados por las exigencias de la implantación de la revolución cultural que llevó a muchas familias a la pobreza más absoluta.
Finalmente con la llegada del capitalismo cambió el perfil de la nación y el de algunas personas lo que se nos muestra a través de esta radiografía de los cambios políticos, sociales y económicos de China en las últimas cuatro décadas.
La clase obrera tuvo que adaptarse al nuevo sistema que le obligó a olvidar antiguos valores del pasado en favor de la prosperidad económica.
La historia termina de manera muy emotiva, pero ciertamente se echa a faltar un montaje más clarificador y una localización de la situación histórica desde el inicio ya que hasta bien avanzado el metraje no aparece el tema político y podemos situarnos de forma aproximada en los años en que suceden los hechos.
Pesa en el devenir de este relato una lenta realización, majestuosa a veces en los movimientos de cámara y la estabilidad de algunos que se prolongan en momentos que no son necesarios.
Un buen trabajo de la pareja protagonista que fue premiada con el Oso de plata a mejor actor Jingchun Wang y mejor actriz Mei Yong en el Festival de cine de Berlín. Premio especial del jurado y del público en el Festival de cine de Uruguay.
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