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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las novelas de autores modernos que están constituyendo éxitos editoriales pronto son captadas par el cine como antes ocurría con las obras de teatro o las comedias musicales de los escenarios de Broadway.
Y esto es lo que ha sucedido con esta novela de John Katzenbach en la que se pone en un aprieto a un veterano profesor de Derecho de universidad Paul Armstrong que teoriza mucho sobre la pena de muerte pero no se ha enfrentado nunca con la realidad, hasta que un día le llega su hora.
Tiene en su mano la posibilidad de salvar a un presunto inocente que se encuentra en el pasillo de la muerte.
Un día recibe la visita de una mujer negra que ha viajado desde Florida para que le ayude a salvar a su nieto, Ferguson, condenado a muerte injustamente por la violación y asesinato de una niña blanca.
Aunque en un principio Armstrong se resiste a aceptar el caso, porque ya no ejerce de abogado, al final decide ayudarla
En su búsqueda de la verdad descubrirá que el joven se vio obligado a confesarse culpable frente a un violento policía local.
Será su mujer quien le dé el empujón para que se meta hasta el cuello, por unos motivos que no vamos a desvelar aquí y que son fundamentales en la trama, como igualmente el vuelco que da la acción y la actitud de la mayoría de los personajes hacia la mitad de la película, en la que parece dar comienzo de nuevo, cuando ya creemos que va a concluir.
La novela sufrió considerables cambios hasta convertirse en una combinación de thriller detectivesco y drama judicial, demasiado inspirado en éxitos recientes
Sorpresa pues en el tercio final para animar un guion que en un principio parece pobre, tal vez porque tampoco está muy ayudado desde la realización de Arne Glimcher, el director de 'Los reyes del mambo tocan canciones de amor' (1991), por mucho que se esfuercen los dos principales protagonistas, Sean Connery y Laurence Fishburne, enfrentados desde el inicio y a destacar también la presencia de Ed Harris en un papel de psicópata.
En este sentido se le puede tachar un poco de tramposo, pero la verdad es que de esa forma se rescata un film que se hubiera ido por la cloaca abajo.
Cinta entretenida sin muchos hallazgos, encajable dentro del cine comercial americano.
Premio de la Asociación de críticos Broadcast a Ed Harris.
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