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CRITICA
Por: PACO CASADO
Retrata la lucha de Oum Yazan, una valerosa madre coraje, que refugiada en su piso en plena guerra siria del asedio que sufre la ciudad, que vive con su suegro y sus tres hijos a los que trata de proteger día tras día del acoso a su hogar, en una pelea constante por mantener la rutina y poder sobrevivir, frente a los saqueos y las violaciones que hacen que cada día sea una cuestión de vida o muerte.
Además da refugio a Halima y Samir, una joven pareja con un bebé, cuyo hogar ha quedado destruido por un bombardeo y se va a vivir al de esta vecina, mientras planean escapar de la guerra durante la noche con la ayuda de un periodista.
Esa misma mañana el marido es víctima de un suceso, que presencia Delhani, la criada, y se lo cuenta a Oum, la dueña del piso, pero no a Halima, la esposa, para evitar un mayor dolor.
Es un drama realista y asfixiante que transcurre casi todo en el interior de la vivienda, como si fuera una obra de teatro, que sucede en 24 horas, en ese único escenario, y de fondo se oyen los disparos y las bombas para dar idea de lo que ocurre en la calle, por lo que la guerra queda fuera de campo en el tiempo que transcurre la trama.
Debido a que no se ve a los combatientes, igual podría ser cualquier otra guerra que no la de Siria.
Tiene una visión del conflicto básicamente de las tres mujeres ya que los maridos están ausentes, el suegro, muy mayor, deambula por la casa y los hijos son jóvenes incluido el novio de la hija.
Es un crudo drama necesario para saber y comprender los motivos que impulsan a la gente a huir de Siria que no es otro que el conflicto bélico que no vemos en este film estremecedor y esclarecedor sobre el miedo de los ocupantes de la vivienda ante las constantes llamadas a la puerta sin saberse con qué intenciones ya que en una guerra como esa en cualquier momento se puede morir a manos de un francotirador.
El guion nos mantiene con el corazón en un puño ante la incertidumbre, para al final darnos un rayo de esperanza que acaba con la angustia... pero será momentáneamente.
A veces la realidad supera a la imaginación del mejor guionista.
Es fácil adivinar qué fue lo que hizo que 'Alma mater' (2017) conectara con los espectadores que le dieron el premio del público de la selección EFA en el pasado Festival de cine Europeo de Sevilla.
El belga Philippe Van Leeuw comenzó como director de fotografía, y eso se apreciaba en su cine, ya en su ópera prima 'El día en el que Dios se fue de viaje' (2009), que contaba la historia de una joven tutsi durante el genocidio de Ruanda de 1994, y en su segundo largometraje, de nuevo expone otro conflicto civil real, el del Líbano, que marca esta historia que transcurre entre las cuatro paredes de una vivienda donde a través de las ventanas entra el sonido de una guerra que les mantiene aterrorizados, mientras una cámara a mano, bien llevada en este caso, recorre los claustrofóbicos pasillos, lo que le exime de la posible teatralidad.
Esta película comparte puntos en común con la primera, porque ambas están protagonizadas por mujeres, aquí tres notables actrices Hiam Abbass, vista en 'Blade Runner 2049' (2017), Daiaman Boud Abboud que acabamos de ver en 'El insulto' (2017) y Juliette Navis intérprete de 'Hipócrates' (2014) que reflejan su compromiso con el cine social.
Las dos cintas tienen cosas que las vinculan, como la situación de la mujer en la guerra, cómo reaccionan cuando están en peligro y hay que salvarse y también el conflicto moral que surge entre el instinto de supervivencia y el de actuar con criterio.
La cámara sigue a los protagonistas en ese espacio en el que se vive esa tragedia invisible ante la necesidad de seguir viviendo.
Esta historia hace una llamada de atención sobre el conflicto sirio y la crisis humanitaria de los refugiados, así como una a la solidaridad, la dignidad y la resistencia, en contra del miedo, la crueldad, las renuncias, la miseria humana cuando la muerte amenaza y soporta la incertidumbre y el horror.
Premio Label a mejor director y del público en la sección Panorama del Festival de cine de Berlín. Mejor film y actriz (Diamand Bou Abboud) en El Cairo. Premio del público CPH PIX. Premio Lumiere a mejor film francófono. 6 premios Magrite de Bélgica. Premio del público en el Festival de Sevilla.
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