Por PACO CASADO

    Esta es la típica película maldita que tras haber sido realizada en el 2007 y encontrar problemas para su distribución, estuvo a punto de ser destinada al DVD.
 Del realizador australiano John Polson conocemos en nuestro país dos de sus films 'Fanática' (2002) y 'El escondite' (2005) y ahora nos llega este tercero, para el que se ha basado en la novela de Robert Cornier (1925-2000) El síndrome de la ternura, que logró sacar adelante gracias a su amistad con el actor, también australiano, Russell Crowe al que convenció para que accediera a rebajar sus emolumentos.
 Es la historia de un extraño triángulo, el que forman Eric Poole, de 18 años, un asesino en serie que mató a sus padres porque descubrieron que tras seducir a algunas chicas las mataba, que acaba de salir del reformatorio; el detective Cristóforo, cuya esposa está en coma, que sigue la pista de Eric; y finalmente Lori una chica que está enamorada del asesino al que acompaña en su viaje a Siracusa para estar con María, a la que conoció en el reformatorio.
 Un thriller diferente que se desarrolla prácticamente a través de una road movie en el citado viaje mediante el cual vamos a ir conociendo las complejas personalidades de cada uno de los tres amargados protagonistas, cada uno por una circunstancia diversa.   En su argumento se mezcla la intriga de saber si Eric será capaz de volver a matar, de si puede contener su instinto asesino, personaje del que se hace un retrato, no demasiado profundo.
 En paralelo corre la historia de amor de Lori que termina en tragedia, como no podía ser de otra manera, aunque por distinta circunstancia.
 Lori es una adolescente de vida gris, que siente una extraña atracción masoquista por Eric, del que colecciona los recortes de prensa, que escapa de su hogar acosada por el novio de su madre, y le sigue aun a riesgo de su vida.
 El tercer personaje, el detective, está tal vez menos dibujado, medio jubilado, al que vemos seguir su incesante rutina, que no acaba de encontrarse a sí mismo, entre el problema de su esposa y su preocupación por la que cree casi imposible reinserción de Eric.
 El guión nos va presentando a los personajes y la acción avanza a empujones, con una realización bastante plana, que va de más a menos, que no logra enganchar al espectador, entre otras cosas porque la interpretación tampoco es brillante, ni los papeles le dan muchas posibilidades a los actores.