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INFORMACIÓN
Titulo original: La cabeza alta
Año Producción: 2015
Nacionalidad: Francia
Duración: 120 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de años
Género: Drama
Director: Emmanuelle Bercot 
Guión: Emmanuelle Bercot, Marcia Romano 
Fotografía: Guillaume Schiffman 
Música: Éric Neveux 
FECHAS DE ESTRENO
España: 18 Septiembre  2015
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Vértigo films


SINOPSIS

 Malony fue abandonado por su madre, pasando desde entonces varias veces por el juzgado de menores. Un matrimonio compuesto por una instructora de menores que se va jubilar en breve y un profesor con una infancia complicada, deciden adoptarlo para reformarlo. Así Malony es llevado a un estricto centro, donde conocerá a una chica...

INTÉRPRETES

ROD PARADOT, CATHERINE DENUEVE, SARA FORESTIER, BENOTT MAGIMEL, AURORE BROUTIN, LUDOVIC BERTHILLOT, DIANE ROUXEL, ENZO TROUILLET

 

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 ENTREVISTA AL DIRECTOR...

Después de ver la película, lo primero en lo que piensas es en la admiración que causan esos consejeros juveniles y jueces con su minucioso trabajo, perseverancia, paciencia y devoción. Es típico hoy en día quejarse de los fallos de las instituciones y de los defectos y deficiencias del sistema judicial. Sin embargo tú haces precisamente lo contrario. ¿Tú motivación para rodar “La cabeza alta” era homenajear a este sector?...
.- Si y no. Mi idea, al principio, era hacer una película sobre el sistema de apoyo que gira en torno a un niño, pero cuando se me ocurrió sabía poco sobre el trabajo que se hace. Fueron los años de investigación que hice antes de empezar a rodar la película lo que me permitió darme cuenta de cómo realmente eran estos trabajadores, su trabajo desinteresado, paciencia y capacidad para nunca darse por vencidos. En realidad, el punto de partida de la película está enfocado en unas circunstancias muy específicas. Tengo un tío que es consejero juvenil y de niño lo visité un verano, en Bretaña, donde estuvo a cargo de un campamento para jóvenes delincuentes. Uno de ellos tenía incluso cargos criminales. Como chica de buena familia, con apoyo y cariño, me fascinó el comportamiento de estos adolescentes que no habían sido tan afortunados como yo, me intrigaba su insolencia, su rebeldía contra la autoridad y las convenciones sociales. Al mismo tiempo, estaba asombrada por la labor realizada por mi tío y los otros trabajadores para intentar llevarlos de nuevo por el buen camino, como solemos decir, para educarlos, enseñarles a amarse a sí mismos y amar a los demás, mostrar respeto por los demás, o al menos respeto por sí mismos. El recuerdo se mantuvo muy presente en mi mente hasta el punto de que cuando era adolescente consideré convertirme en juez de menores. Con el tiempo, me inspiró a hacer una película sobre él. Cuando François Kraus y Denis Pineau-Valencienne de Les Films du Kiosque, con quien ya hice Mes Chères Etudes para Canal +, me dijeron a finales de 2009 que querían trabajar conmigo otra vez, hablé con ellos acerca de este proyecto que había estado preparando en el fondo de mi mente durante años, y de inmediato se subieron a bordo.

¿Cómo lo afrontaste? ¿Desde qué ángulo?...

.- Lo primero que hice fue ir a pasar un tiempo con mi tío. Le pedí que me hablara sobre su experiencia como consejero. Él me presentó a otros consejeros y a una juez de menores de Valence. Tuve la oportunidad de observar las audiencias de la corte, pase un tiempo en un centro de detención juvenil y leí un montón de libros sobre el tema, así como cada reportaje y documental que pude encontrar al respecto, tomando notas. Este planteamiento inicial era profundamente inquietante y aterrador. ¿Cómo no sentir compasión y empatía por estos niños que han crecido con terribles dramas familiares, en la pobreza y, a menudo, abandonados por sus padres, atrapados en una espiral de la que sólo los consejeros juveniles y los jueces pueden ayudarles a salir? Y ¿cómo no admirar la energía, devoción y paciencia que estos consejeros y jueces despliegan para salvar a estos jóvenes a pesar de los obstáculos, la ingratitud, la crueldad y sus salarios pésimos, ofreciendo básicamente la atención de la que tanto carecen los chavales?

El guión de “La cabeza alta” comienza con este epígrafe: “Todos los niños
tienen derecho a una educación. Debe ser supervisada por la familia, y si la familia es deficiente, entonces es responsabilidad de la sociedad intervenir”...
.- Leí esa frase en un libro de un juez. Destaca a la perfección de lo que la película trata. Creo que es brillante. Parece que es algo que debería ser obvio, pero por desgracia, no estoy seguro de que sea una verdad evidente para todo el mundo.
Aunque la educación es un derecho básico. Y resume en pocas palabras el trabajo que se hace a favor de estos jóvenes perdidos. La tarea es esencial, vital. ¿Cómo puede ser la sociedad rescatada si no es a través de la educación, en el sentido más amplio del término? La justicia juvenil se basa en la idea de que nada es completamente definitivo para un niño, y que a través de programas educativos y de apoyo, la caída libre puede ser detenida. ¿Cómo todo esto se puede hacer sin rendirnos - porque los resultados son a largo plazo, si es que los hay? De eso trata esta película.

Así que optó por un trío formado por un joven delincuente, su consejero y
su juez. Elegiste una mujer como juez porque querías volver a trabajar con Catherine Deneuve tras 'On My Way'?...
.- La idea de esta película es previa a On my way, pero ya tenía a Catherine en mente para el papel de jueza de menores. Era ella o... ¡Gérard Depardieu! Nadie más. Era como si necesitara una figura por excelencia del mundo del cine para el personaje. Mi tío estaba muy unido a un joven delincuente del que estuvo a cargo durante varios años, junto con una jueza de menores que estaba a punto de retirarse. Me inspiré directamente en esa historia. El adolescente había llegado a estar muy unido a mi tío y a la jueza. Mi tío me dijo que un día le había dicho a ella, “Para él, eres su madre y yo soy su padre” y ella respondió: “No, tú eres su madre y yo soy su padre.” A partir de ese punto decidí que el juez en mi película sería una mujer y que tenía que ser Catherine quien la representara. No fue hasta después de este proceso de investigación cuando me puse en contacto con Marcia Romano para la escritura del guión.

¿Por qué ella?...

.- Habíamos asistido a la misma escuela de cine (La Fémis de París), pero no estábamos en el mismo curso. En ese momento, yo ya había notado su notable talento y fue con ella con quien escribí mi primer cortometraje: 'Les Vacances'.
Después de eso, perdimos el contacto durante diez años hasta que ella me escribió después de haber visto una de mis películas para televisión, diciendo que quería trabajar conmigo otra vez. Tenía este proyecto en mente y pensé que ella era la persona adecuada. Es una actriz con muchas convicciones y las defiende con uñas y dientes. También tiene un enfoque bastante radical de hacer cine. Su contribución hizo de la película lo que es hoy. Yo estaba muy apegada a esta idea del trío, pero al principio me lo imaginaba más romántico, más de ficción, una historia más fragmentada. En mi mente, la película también seguía al muchacho en sus delitos y faltas. Ella me convenció para dejarlos fuera y para enmarcar la narrativa en un marco radical, centrado sobre todo en el proceso educativo, manteniéndonos tanto como sea posible dentro de las diversas instituciones de apoyo y dándole menos importancia a los sucesos delictivos.
Así que la acción tiene lugar en su mayoría en el interior, en las oficinas. Así es como la película encontró su dirección y como quedó finalmente. Por supuesto, esto plantea otras cuestiones sobre la dramatización, porque era importante transmitir la tensión de estas situaciones a la audiencia, esa sensación de que la balanza se puede decantar por cualquier lado. Eso hizo que fuera aún más emocionante.

¿Qué fue más difícil en el proceso de escritura?...

.- De todas las etapas de la realización cinematográfica, me parece que la escritura es siempre la parte más difícil. Aquí especialmente fue más complejo de lo habitual. ¡No creo que haya trabajado tan duro y tanto tiempo en otra película!
Lo más difícil tal vez sea que a veces tengo estas ideas puramente intuitivas y me aferro a ellas. Por ejemplo, quería que el joven delincuente tuviera un hijo al final. Eso no podría suceder en una película puramente documental. Tuvimos que introducir un aspecto romántico pero ficticio.

¿Por qué era tan importante esta idea?...

.- No lo sé. Una especie de intuición, una profunda convicción. Tal vez porque no hay algo bastante agradable para contar en la historia de un niño que no era querido por su madre, que carecía de la educación y la atención, y que de repente se encuentra a con el deber de criar y educar a un niño. Quería tener este efecto espejo. Esta parte más romántica de la película fue también una forma de incorporar algo que los consejeros me habían dicho: el 95% de las veces, el enamoramiento es el gatillo que permite a los jóvenes superar los problemas.
Estos niños no tienen autoestima. Tienen problemas para querer y dejarse a sí mismos ser queridos, así que es difícil para ellos, pero cuando ocurre, es un salvavidas.

¿Cómo encontraste a Rod Paradot, que interpreta al joven delincuente,
Malony?...
.- Fue Elsa Pharaon, una directora de casting de calle, que lo encontró en Stains, en una escuela de formación profesional donde estaba estudiando carpintería.
Pero fue después de una larga búsqueda. Mucha gente había trabajado con jóvenes. Marcia y yo habíamos decidido deliberadamente no estigmatizar el personaje del delincuente e ir en contra de los clichés habituales. No quería que el chico fuera demasiado estereotipado, ni un drogadicto, un camello o un pandillero. También queríamos que la historia se desarrollara en una provincia en lugar de en algún suburbio. Había visto todas las pruebas de pantalla que Elsa había hecho, pero al final, me encontré con un pequeño número de chicos que se ajustaban a lo que buscaba. También nos encontramos con otra dificultad: la película sigue a un personaje desde que tiene 13 años hasta que cumple 17 y no quería tener que cambiar de actores en pleno rodaje. Así que tuvimos que encontrar a alguien que pudiera ser tan creíble a los 13 como a los 17. Rod, a pesar de tener 18 años, tenía esa cualidad. Él tiene una cara tan dulce que le da un toque bastante infantil.

¿Cómo fue trabajar con él en el set?...

.- ¡Intenso! Malony no es un personaje fácil. Él era el más difícil de escribir. Quería que el público terminara comprendiendo sus debilidades, sus heridas y su angustia.
Que sintieran lo mismo que la jueza y el consejero sienten con Malony, oscilando entre la fe y el desaliento, la empatía y el rechazo, en lugar de simplemente cabalgar sobre la ola de una historia de redención. No fue fácil encontrar ese equilibrio entre la exasperación que debería despertar en la gente al principio y la empatía que surge poco a poco. Él no es un personaje fácil de interpretar, menos para alguien que nunca había actuado y cuyo temperamento es muy distinto al del personaje que está escrito. De hecho, sabiendo que el tiempo en el set sería corto, tuvo un entrenador, Daniel Marchaudon, que trabajó con él durante dos meses antes de la sesión. Cuando vino al set se sabía sus líneas perfectamente, algo que no es fácil para un joven que no está acostumbrado a ese tipo de trabajo. Todas las mañanas hablaba con él, explicándole qué debía transmitir, cómo y por qué el personaje estaba en uno u otro estado. Pero el verdadero trabajo vino mientras filmaba. Lo más difícil fue mostrar toda esa agresividad de Malony, porque en la vida real es muy tranquilo, amable, simpático y atractivo.
Como resultado, el personaje no es exactamente lo que me imaginé al principio, y sin embargo, al mismo tiempo, la rabia contenida expresada tan bien en sus arrebatos violentos era aún más potente y molesta. Debo decir que cuando busco algo intento que salga como quiero. Fue muy difícil para él a veces. Pero siempre estaba ansioso por hacer las cosas bien. Y entonces, ahí está su presencia en la pantalla. Eso es algo que le sale de forma natural.

¿En qué momento hablaste con Catherine Deneuve sobre 'La cabeza alta'?...

.- Cuando estábamos haciendo la promoción para 'On My Way'. Una noche me dije: “ahora o nunca”, y le di un guión del que nunca había mencionado nada. Creo que estaba sorprendida, pero parecía feliz por mi deseo de trabajar con ella de nuevo. Las dos realmente nos llevamos bien. En nuestra vida normal, tenemos
un bonito y fuerte vínculo. Lo mismo ocurre cuando trabajamos juntas. Creo que ella esta excepcional en este papel. Tiene ese doble lado: una autoridad natural obvia, y sin embargo, es muy atenta y protectora. Tiene un lado muy maternal.
Necesitaba esa mezcla en la jueza, y Catherine la retrata a la perfección. Sin embargo, no fue fácil para ella. Había un montón de líneas, con un vocabulario muy especializado, muy objetivo y preciso. Además tenía que estar sentada casi todo el tiempo. Justo lo contrario que en 'On My Way' en la que filmé con total libertad y en movimiento. El juez es prácticamente el personaje principal de la película para mí. Ella es el personaje central, y todo el reparto gira a su alrededor.

Has vuelto con Guillaume Schiffman en la cámara, ¿cómo se trabaja con
él? ¿Tenías una idea clara de lo que quería?...
.- Yo ya sabía que quería mantenerme al margen de un estilo documental que  podría haber prevalecido, y que realmente quería un elevado estándar visual que fuera de la mano con el aspecto documental de la película. No quería que la iluminación fuera demasiado estilizada pero aun así quería que fuera firme y muy pulida. En la oficina de la jueza, por lo general muy mal iluminada, nunca hay la misma calidad de iluminación. Guillaume y yo siempre funcionamos de la misma manera. Le muestro fotografías que me inspiran y lo hablamos. Yo no quería insistir en el lado oscuro de esta historia, todo lo contrario.

Por la misma razón, se utiliza música que es sobre todo clásica en su
inspiración...
.- Yo siempre uso una mezcla de tipos de música, y me gusta usar piezas existentes.
Mucho antes de empezar el rodaje de la película, tenía claro que no iba a jugar con el cliché del rap/delincuencia. Además, como te dije, hemos querido despojar a este chico de todos los atributos de la delincuencia: él es un adolescente que no escucha música. Yo prefería ponerle entre este mundo amargo y difícil y la música clásica, que también lleva la inspiración lírica que estaba buscando para crear un contraste que pudiera producir esa emoción. Cuando se trata de música, mi editor, Julien Leloup, tiene las mejores ideas.

¿El titulo estaba desde el principio?...

¡De ningún modo! Nos llevó mucho tiempo encontrarlo. El proyecto comenzó llamándose Double Jeopardy, pero era demasiado ambiguo y tiene un significado muy específico en el mundo jurídico. Y luego, de repente, François Kraus sugirió el uso de las últimas palabras en el guión: “Malony camina a través de la salas del palacio de justicia, a través del vestíbulo y de la escalinata del tribunal. Sosteniendo a su hijo en sus brazos, con la cabeza alta”.

Tu carrera cinematográfica comenzó en Cannes: mostraste tu primer corto
allí, 'Les Vacances', en 1997, que ganó el premio del jurado. ¿Qué significa abrir el Festival de este año con esta película?...

.- Sin Cannes creo que mi carrera hubiera sido más difícil. Estoy muy orgullosa por que una película como ésta, que arroja esperanza sobre estos hombres y mujeres, pueda abrir el Festival. Que se pueda mostrar en uno de los festivales más prestigiosos del mundo es un gran honor.

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