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Rodada en los fabulosos paisajes volcánicos de Islandia entre 1986-1987, Cuando fuimos brujas brinda a la cantante Björk, que entonces cuenta 20 años, su primer papel en el cine. Por razones de financiación, la película no se proyectará en una sala hasta 1991, en el festival de cine de Sundance.
Mientras tanto, Björk se ha convertido en una estrella mundial con su grupo musical The Sugarcubes.
A continuación, la película permanecerá invisible durante casi treinta años. Cuando fuimos brujas ha sido objeto de una restauración en 4K a partir del negativo original de 35 mm llevada a cabo por el Wisconsin Center for Film & Theater Research y la Film Foundation, con la participación de la George Lucas Family Foundation.
'Cuando fuimos brujas' está libremente inspirada en un cuento de los hermanos Grimm, «Del enebro», en inglés, «The Juniper Tree». En la historia original, una madrastra asesina al hijo de su marido porque siente celos de él. La madrastra esconde minuciosamente dicha muerte y oculta los restos del niño en la comida que sirve a su esposo. Pero su hija, a escondidas, ha recuperado los huesos de su hermano y los entierra bajo un enebro. El niño renace entonces bajo la forma de un pájaro y denuncia el crimen de su madrastra, que será castigada. Este texto, de una violencia obsesiva, ha inspirado a escritores y poetas. El estribillo del canto del pajarito, que relata el terrible cuento de su muerte, se halla presente en numerosas canciones infantiles europeas. Goethe se inspiró en él para su Gretchen, encarcelada tras haber sido traicionada por Fausto. La malaventurada, que ha enloquecido, ha matado a su hijo y será condenada a muerte.
Pero es un texto del poeta T. S. Eliot el que Nietzchka Keene sitúa en un primer plano en su largometraje, un breve fragmento de un largo poema que retoma los elementos del cuento de los hermanos Grimm.
Sin embargo, la metamorfosis concebida por el poeta no será animal, sino que está expresada en términos de un regreso a Dios, de un anhelo de elevación que se opone a la aspereza de la muerte y que entraña la esperanza del renacimiento.
DECLARACIONES DE NIETZCHKA KEENE...
El filme está basado en el cuento de los hermanos Grimm. El cuento Del enebro era una de mis historias favoritas cuando era niña. Había en éste algo espeluznante que me atraía. Con todo, he introducido diversos cambios en la historia original.
Los protagonistas del cuento eran una madre, su hija y su hijastro. La madre reprochaba a su hija la muerte del hijastro y la obligaba a aceptar su culpa.
A mí me interesaba más la brujería, que es un tema que subyace en la mayoría de los cuentos de los hermanos Grimm cuando hablan de las mujeres.
Quería traerlo a un primer plano. Conservé a la joven hija en calidad de personaje principal, pues el relato se centra en su experiencia del mundo tras su huida. Pero transformé este viaje iniciático en una búsqueda espiritual más profunda.
A los actores les parecía que esta adaptación del cuento de los Grimm estaba muy en consonancia con la cultura islandesa. La actriz que interpreta a la madre, Guðrún S. Gísladóttir, pensaba que se trataba de la trama cinematográfica más islandesa que jamás se había llevado a la pantalla.
Creo que una de las razones de este parentesco es el vaivén entre el mundo de los muertos y el de los vivos. Cuando encontramos la granja, en cuyos alrededores debíamos rodar la llegada a lomos de un caballo de las hermanas, cerca de un enorme peñasco, los granjeros nos contaron que, seis años atrás, había habido allí un rodaje de dos semanas y que había llovido a diario. Al ver la buena suerte, por el buen tiempo que tuvimos durante todo nuestro rodaje, los granjeros decían que el espíritu del peñasco nos amaba. Creo que el filme era capaz de acoger este talante arraigado en el día a día de aquellas familias campesinas y se nutría de él.
Yo sabía exactamente el tipo de atmósfera que deseaba para la película. Mi idea era inventar un «país imaginario utópico» («a never-never-land»).
Por este motivo rodé en blanco y negro. Los paisajes islandeses se prestaban a ello a la perfección.
Sin embargo, no considero la película como un sueño o una mera fábula. El relato y la estética de la cinta son realistas: todos los personajes se comportan y reaccionan ante lo que ocurre como ante cualquier otro suceso real. Puesto que el relato adopta su punto de vista, toda discusión acerca de qué sería irreal o imaginario está fuera de lugar. No puedo hacer ninguna observación concreta sobre la brujería. Su estatus ontológico apenas importa: existe a partir del momento en que crees en ella. Yo quería retratar una realidad en la que la brujería formara parte de la cultura. Es asimismo un elemento del mundo de una niña de 13 años que atraviesa un período de su vida en el que lo imaginario ocupa un lugar muy importante.
Cuando ve a su madre muerta, esto es para ella perfectamente real. Eso es lo que importa.
De joven había realizado estudios avanzados sobre Islandia. Durante la preparación del filme, llevé a cabo nuevas investigaciones sobre la poesía islandesa. Me sumergí en la estructura de los poemas antiguos. Con el fin de escribir los textos de los encantamientos, me inspiré en las sagas (los textos tradicionales mitológicos e históricos de los pueblos escandinavos). En las sagas, los personajes no conocen de antemano las palabras que utilizarán, sino que las hallan en el momento oportuno. De este modo, elaboramos fielmente las rimas con una estructura aliterada que debían adaptarse a la situación. Con el mismo cuidado, confeccioné el vestuario para ambientar la película en la cultura islandesa. Encontré a los actores en escuelas teatrales islandesas. Para el papel de Margit, había elegido a una actriz de 13 años. Björk tenía 19 y estaba embarazada en el momento de las pruebas de casting, por lo que no recurrí a ella. Después me di cuenta de que mi primera elección no había sido la buena y Björk se
unió al equipo.
La película no tiene un mensaje que comunicar.
En la cinta lo importante es, en mi opinión, su melancolía. Una melancolía y una soledad femeninas. En su mayoría, los cuentos de los hermanos Grimm expresan el miedo a las mujeres.
A menudo estas representan el mal o un peligro para los hombres. En mi adaptación, las mujeres no tienen más remedio, tras el castigo de sus madres, que huir y encontrar la protección de un hombre. Sin esto, serían muy vulnerables en un mundo dominado por los hombres. Desconozco la eficacia de la brujería, la considero únicamente como el medio para esas mujeres de intentar sobrevivir y dominar su entorno y sus vidas del mismo modo en que la religión, la racionalidad, la ciencia u otras creencias permiten a los seres humanos dar un sentido a su existencia y actuar en el mundo.