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CRITICA
Por: PACO CASADO
Francesco Rosi, uno de los directores italianos que más películas de denuncia tiene en su haber y que casi siempre se basa en hechos reales, sigue en esta línea con La tregua, film que ya intentó hacer en su día pero que postergó por el suicidio del escritor Primo Levi, autor de la novela, una semana después de haberle concedido los derechos.
Narra la experiencia personal de este hombre, italiano de origen judío, vivida tras salir del campo de concentración de Auschwitz cuando el 26 de enero de 1945, aparecen los jinetes rusos del Ejército Rojo y derriban las puertas, cortan las alambradas, y comienza una nueva tragedia. En esa bellísima escena, algunos no saben qué hacer una vez en libertad. Otros emprenden una larga caminata a través de media Europa de tren en tren hasta llegar a su casa, en el caso del protagonista a Turín, donde escribió este libro para que el mundo no olvide lo que allí sucedió.
La cinta se convierte así en una especie de road-movie, en la que lo esencial es encontrar una buenas botas para poder caminar y hallar comida. Dentro del dolor y la tragedia, el relato está salpicado de amistad, de fraternidad, de esperanza por volver al hogar algún día y también de la picaresca del carácter latino para buscar comida, una simple hogaza de pan, o la compañía de una mujer, mientras sufrían todas las inclemencias del tiempo.
Algunos no pudieron superar las secuelas que les dejó el trauma sufrido en el campo de concentración y llegaron al suicidio una vez ya en libertad, como le ocurrió a Primo Levi, que puso fin a su vida el 11 de abril de 1987. Es significativa la escena final en la que el protagonista es feliz mojando un trozo de pan en una simple taza de leche, en una estancia solitaria. En este sentido la película es un canto a la esperanza, al mostrar la parte optimista de la historia.
Bastante adecuado el trabajo del norteamericano John Turturro, del macedonio Rade Serbedzija y el italiano Massimo Ghini con una breve intervención de Stefano Dionisi (Farinelli). Buena fotografía del último trabajo de Pasqualino de Santis, fallecido durante el rodaje. Tal vez le sobren algunos metros de la reiteración que supone el regreso.
Film de gran presupuesto y ambiciones, presentado en el Festival de Cannes 97 donde fue olvidado por el jurado. No obstante ha obtenido 4 David de Donatello en Italia donde constituye un sonoro triunfo.
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