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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el cine policiaco clásico solía ser el protagonista un policía o un detective, pero modernamente es frecuente usar más la fórmula de la pareja, en la que se han hecho toda clase de combinaciones.
Pero tal vez faltaba la mezcla de Ironside con Sherlock Holmes, haciendo que el famoso detective de la gorra a cuadros y la pipa sea paralítico y de color y el Doctor Watson una mujer y de bellos rasgos.
Lincoln Rhyme es un policía y reconocido criminalista que queda tetrapléjico en un grave accidente tras caerle una viga en sus piernas durante una investigación, lo que vemos en el prólogo de la película, y dadas sus agudas dotes de deducción investiga desde el lecho del dolor una serie de crímenes que lleva a cabo un serial killer, que le desafía con complicados jeroglíficos, ayudado por la joven agente de policía Amelia Donaghy, con grande dotes para la deducción que hace de su lazarillo en el oscuro mundo de la delincuencia, que está obsesionada por el suicidio de su padre policía y porque cree que puede ser la próxima víctima del asesino.
Ambos tiene que unir sus fuerzas para investigar al psicópata asesino diabólico que secuestra a personas a la que deja morir de manera bastante sádica.
Las únicas pistas de que disponen son unos mensajes en clave que éste deja escondido en las escenas de los crímenes.
El film, que es la adaptación de la novela de Jeffery Deaver, no ofrece muchas novedades que no sepamos o que no hayamos visto ya antes, porque su guion se aprovecha de ilustres títulos precedentes en el género.
El realizador australiano Philip Noyce, fichado por el cine americano tras su éxito con 'Calma total' (1989) y donde ha conseguido algunos títulos comerciales como 'Juego de patriotas' (1992) o 'Peligro inminente' (1994), se ha convertido en un seguro realizador comercial, cuya puesta en escena no suele proporcionar demasiadas sorpresas.
El guion no es muy original y sobre todo lo peor es que se apunta a la consabida sorpresa final de sacarse el asesino de la manga para impactarnos aunque sea de forma bastante inverosímil.
Cuenta con la eficacia interpretativa de Denzel Washington y la apuesta por parte Noyce por una actriz emergente como Angelina Jolie a la que favorece exponiendo su fotogenia y su belleza, lo que adorna bien la cinta con una interpretación bastante más que aceptable, muy bien seguidos por la veterana Queen Latifah.
La película tiene un buen look fotográfico y una música adecuada para lograr un producto que entretiene, cumpliendo la función catártica que tiene esta clase de cinta.
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