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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras pasar por los festivales de Venecia, Toronto, Estocolmo, Londres y Sevilla, entre otros, llega a las carteleras comerciales españolas, 'Atardecer' (2018), del director húngaro de 'El hijo de Saúl' (2015), László Nemec, que ganó el Oscar por esa extremecedora representación del Holocausto, ofrecida en primera persona, en la que las acciones más tremendas y desgarradoras eran sugeridas, pero no por ello dejaban de ser más terroríficas.
Ahora vuelve con este drama ambientado en los albores de la gran guerra del siglo XX.
En esta nueva producción cambia totalmente de tema, aunque con planteamiento más o menos similar en el aspecto formal, en el que la cámara sigue a su protagonista, cuya acción transcurre en 1913 en Budapest (Hungría), que vive el esplendor del Imperio Austrohúngaro.
Estamos en los instantes previos al estallido de la Primera Guerra Mundial cuando florecen nuevas formas de arte y pensamiento y dos regímenes, el antiguo y el moderno, se enfrentan.
Cuenta la larga y azarosa historia de la joven Irisz Leiter, una mujer fuerte antes de la llegada de la Primera Guerra Mundial.
Tras pasar la mayor parte de su infancia y juventud en un orfanato, ahora tiene 20 años, es una diseñadora de modelos de sombreros que llega desde Trieste a dicha ciudad, con la ilusión de trabajar en una famosa fábrica de sombreros, que lleva su apellido, puesto que había pertenecido a su familia, cuyo propietario actual lo ha conservado, dada la fama y el prestigio que tenía su producción.
En ella se produjo un incendio en el que murieron los padres de Irisz. Allí pretende perseguir su sueño de convertirse en una gran modista.
Aunque en un principio el nuevo propietario, Oszkár Brill, la rechaza, sin embargo la acoge temporalmente, tal vez por conveniencia egoísta, porque son buenos sus diseños y porque espera la visita de unas altas personalidades para conocer la nueva colección de tocados.
Entre tanto ella trata de buscar a un tal Kálmán Leiter, su hermano, que no sabía que tenía y no conoce, y de descubrir el misterio que se encierra con las empleadas de la fábrica, que cada año una de ellas es elegida para ser enviada a la corte.
Su deseo de encontrarle le lleva a descubrir una serie de secretos, mientras todo el país se prepara para el caos de la guerra y la llegada de todos los males que vinieron después.
Se ambienta en ese momento histórico pero el relato es ficción.
Esta es la nueva película de László Nemes, el director de la exitosa 'El hijo de Saul' (2015), su ópera prima, con la que ganó el Oscar, el Globo de oro y el Gran Premio del Jurado en el Festival de cine de Cannes.
'Atardecer' (2018), su segundo film, ganó el premio Fipresci en la Mostra de cine de Venecia y es el elegido por la Academia del cine húngaro, de nuevo, para concurrir al Oscar.
Nemes es un realizador inquieto, que trata de buscar nuevas fórmulas de expresión y de no anquilosarse en un género determinado, de ahí la diferencia del primero a este segundo con una historia nada convencional, lo cual conlleva también un cierto riesgo, ya que el espectador no es receptivo a los nuevos cambios, ha de ir acostumbrándose, por lo que éste tendrá que poner algo de su parte.
Esta es una historia muy distinta a la primera ambientada en el Imperio austrohúngaro en vísperas de la Primera Guerra Mundial de 1914, cuando empezaron la tensiones y las consiguientes revueltas del pueblo contra el reinado de Francisco José I debido a las diversas tendencias políticas, nacionalismo, anarquismo, socialismo a lo que se unen las distintas religiones lo que comportaba otra forma de entender la vida.
Irisz en una mujer perdida en ese mundo cambiante, rodeada de un misterio que desea descubrir y encontrar a su hermano, entre un laberinto de personajes contra los que tiene que luchar si quiere conseguir el objetivo que se ha propuesto y llegar a comprender lo que significa ese mundo cambiante.
La cinta se nos antoja una especie de thriller de época en el que Irisz es la protagonista que tiene que saltar algunas barreras que le impiden descubrir el secreto y el espectador lo va conociendo al mismo tiempo que ella.
Debido a ese contexto histórico tiene una extraordinaria ambientación de la época y un perfecto acabado en los extraordinarios decorados elegidos para situar la acción, a la que acompaña una estupenda fotografía con una cámara siempre ágil y en perfecto movimiento lo que hace más difícil no mostrar la tramoya.
Juli Jakab en el papel de Irisz Leiter hace un más que correcto trabajo cargando con el mayor peso interpretativo.
Premio Fipresci en la Mostra de cine de Venecia. Premio Eurimages al mejor film europeo en el Festival de cine de Sevilla. Premio especial del jurado en el Jameson CineFest - Miskolc.
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