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CRITICA
Por: PACO CASADO
A ir de compras le llaman los jóvenes del lumpen londinense al hecho de estrellar un coche contra un escaparate y robar lo que se les antoja de cuanto hay en el establecimiento.
Esto en inglés se denomina shopping, y este es el irónico título que ha dado a su ópera prima Paul Anderson, un nuevo director británico que pone como líder de su historia a un joven de 19 años que acaba de salir de la cárcel y en el mismo coche en que le recoge su novia ya comete la primera fechoría.
A él, una vez recuperada su chica, lo que le interesa es volver a ser el líder de la banda de jóvenes que como él viven del robo, duermen en las calles, se divierten en las discotecas de rock duro y trafican con drogas.
No tienen otra moral que esa, tal vez porque no conocen otra o no les interesa cambiar de vida.
Hacen el mal por diversión, no como un fin o una necesidad, por eso a veces, encuentran su merecido final en una inesperada muerte repentina por exceso de droga o en un accidente fortuito de coche.
No tuvo que pensar mucho Paul Anderson para escribir el guion de este su primer film, ya que con observar los videos de la policía la historia le salió sola.
Una correcta realización con algunos jóvenes interpretes para una cinta de denuncia que no toma partido, sino que tan sólo expone una realidad viviente en la Inglaterra de nuestros días.
al vez sea otra cara de la moneda de las películas que nos suele ofrecer Ken Loach.
Fue presentada en el Festival de cine de Sitges y también en Fantasporto.
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