Aldo Fabrizzi, el gracioso actor, entró en un cine de barrio a ver una vieja película suya. Y saltó hecho polvo. Y hecho polvo llegó a casa. Y su gente se lo notó: "¿Qué te ocurre?, le dijeron, a lo que el actor contestó: "La gente reía. Pero había un niño que no rió ni una sola vez. En algo fallé al hacer esa película".