Totó, el gracioso actor de cine, raramente se reía. No llegaba a la rigurosa seriedad de Keaton, pero por ahí le andaba. Y muchos le preguntaban la razón de ello. Como aquel señor: "Pero, vamos a ver, ¿lo suyo no es de risa?", a lo que el actor respondió: "En efecto. La risa de los demás".