Paul Muni, el actor, cenaba aquella noche en un restaurante, en el que no esperaba ser reconocido. Sin embargo, el camarero que le atendió le dijo, al final, que le gustaría tener un autógrafo suyo. Al final, y sin correr la voz, por lo que nadie moletó a Muni. Y este fue su autógrafo: "Gracias por dejarme cenar en paz".