Alberto Sordi, el gracioso actor italiano, no parece estar muy satisfecho de su indudable popularidad, a juzgar por lo que dijo aquel día, en el que le preguntaron eso, si le gustaba la popularidad. Y dijo: "Si fuese un actor dramático, todavía. Pero así, no". "Por qué" le espetaron, a lo que respondió: "Pues porque la gente está acostumbrada a reirse conmigo, y llega a molestar, créanme, que, en cuanto alguien te reconozca empiece a sonreirse y hacer: ji, ji."