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INFORMACIÓN
Titulo original: The Program
Año Producción: 2015
Nacionalidad: Inglaterra, Francia
Duración: 103 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 7 años
Género: Drama, Biografía, Deporte
Director: Stephen Frears
Guión: John Hodge. Basado en la novela escrita por David Walsh
Fotografía: Danny Cohen
Música: Alex Heffes
FECHAS DE ESTRENO
España: 24 Junio 2016
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Vértigo Films


SINOPSIS

Un periodista descubre que las victorias del ciclista Lance Armstrong en el Tour de Francia se deben principalmente a que toma anabolizantes y demás, intentando demostrarlo por todos los medios a la opinión pública...

INTÉRPRETES

JESSE PLEMONS, LEE PACE, BEN FOSTER, DUSTIN HOFFMAN, CHRIS O'DOWD, BRYAN GREENBERG, ELAINE CASSIDY, GUILLAUME CANET, DENIS MÉNOCHET, LAURA DONNELY

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   THE PROGRAM sigue el meteórico ascenso y la caída dramática en la vergüenza del siete veces campeón del Tour de Francia, Lance Armstrong, y de David Walsh, el periodista que levantó la liebre para revelar el oscuro mundo del ciclismo.

   La idea para “The program” surgió cuando el director Stephen Frears, se encontró con una reseña de un libro que le intrigaba, como él mismo explica: “Un hombre llamado Tyler Hamilton, que corrió con Lance, escribió un buen libro titulado “The secret race” y leí un artículo sobre él. Pensé que sonaba fantástico.” Se acercó rápidamente a Working Title, una empresa con la que Frears ya había hecho cuatro películas, entre ellas la que puso en marcha tanto su carrera como la de los productores Tim Bevan y Eric Fellner, “Mi hermosa lavandería”. El productor Tim Bevan retoma la historia. “Stephen me escribió y me dijo no te he pedido que compraras nada durante mucho tiempo, pero estoy realmente interesado en la historia de Lance Armstrong y hay varios libros que salen sobre la historia.”
  Frears continúa. “Mis dos asesores’’ [periodista] Richard Williams y [diseñador] Paul Smith me habían hablado de David Walsh. Leímos su libro y quedamos con él “Walsh había escrito su libro “Los siete pecados capitales: Mi búsqueda de Lance Armstrong” el año anterior [2012]. En cuestión de semanas tuvimos un primer encuentro con Bevan y Frears. Walsh explica, “Había sido la única historia en mi vida periodística en los 15 años anteriores. Empecé a hablar y tenía la sensación de Stephen simplemente no podía creer lo que estaba escuchando y estaba intrigado. En ese momento no comprendía nada al respecto, pero tenía un gran deseo de conocerlo y estaba fascinado por la historia. Sabía que su entusiasmo le llevaría a llevar esto a buen puerto.”
  Tim Bevan detalla el enfoque de la película. “La historia de esta película es sobre dos personajes.
 Trata de Lance Armstrong, que en los años noventa fue un ciclista campeón de los Estados Unidos que había llegado a Europa para comenzar a competir en las distintas competiciones europeas y en particular el Tour de Francia. Y un periodista llamado David Walsh; David en ese momento era corresponsal de un periódico irlandés, y sigue siendo corresponsal de deportes. De hecho, él es editor de deportes de The Sunday Times. No fue en realidad David Walsh quien derribó a Lance Armstrong, fue Lance Armstrong quien se hundió solo, pero David sin duda contribuyó. Sin embargo, para los propósitos de la película eso es lo que contamos; las dos historias “en paralelo”.
  David Walsh se encontró por primera vez con Armstrong por casualidad cuando le había escogido por ser joven para una entrevista en 1993. A partir de este momento, la vida profesional de Walsh se entrelazó con la de Armstrong, y así sigue siendo en la actualidad. Si avanzamos rápido 20 años, Walsh ha escrito su libro, crónica de la subida demasiado-buena-para-ser-verdad de Armstrong en el mundo del ciclismo en medio de una cultura endémica de rendimiento alterado por las drogas.
  Desde la perspectiva de Tim Bevan, esto era una historia que constituía una base excelente para una película, como esboza. “El personaje de Lance Armstrong y toda la idea de hacer trampa en el deporte y el dopaje era algo que pensamos que era una base muy interesante. Se trata de lo moral, pero también es una historia muy actual. Con suerte, si la película funciona, se puede quitar el ciclismo y extrapolarlo a la política o el periodismo sensacionalista o cualquier área en las que este tipo de cuestionabilidad moral han desaparecido en los últimos cuatro o cinco años. “
  Una vez que el equipo de producción se había asentado en el libro de Walsh como la base de la película, la velocidad en que entró la producción fue increíble, como explica el productor Tracey Seaward. “Desde enero [2013] hasta final del año, el libro había sido leído, el guion había sido revisado, la película había sido esbozada y tenía reparto, y estábamos terminando el rodaje justo antes de Navidad.” Tim Bevan señala que, esta no es sólo una historia reciente, sino una historia continua y en evolución, así que había que trabajar rápido. “Me di cuenta de que, si íbamos a hacerlo, teníamos que lograr que se hiciera rápidamente, porque tenía que ser la primera película sobre Lance Armstrong “.

  John Hodge fue contratado para escribir el guion en seguida según cuenta Tim Bevan. “Le dijimos a John, esto es un gran reto. Básicamente, tienes cuatro semanas para llegar a la primera versión. Se fue un poco blanco, pero volvió con el primer proyecto en cuatro semanas.”
  John Hodge por su parte confiesa que fue contratado de forma accidental. “Working Title estaba buscando un guionista y otro productor que estaba trabajando con ellos les dijo que a mí me encantaba el ciclismo, que en realidad no era verdad en absoluto – voy en bici a trabajar, poco más”. Sin embargo, Hodge se sintió atraído y dado que la historia trataba de mucho más que de ciclismo, una idea surgió en su cabeza. “De inmediato fue evidente para mí que aquí había fenómeno moderno que era digno de llevar a la gran pantalla. Los elementos de lucha personal, ascenso y caída, la globalización, la explotación de los medios de comunicación; muchos aspectos de la vida moderna y la celebridad deportiva; y el cumplimiento de los deseos de un público que quiere invertir en héroes y entonces quedan decepcionados; Ese ciclo del que todos somos parte como consumidores, era algo que definitivamente me interesaba”.
  Examinando el icono en que Lance se convirtió, Hodge describe cómo el ciclista se convirtió en la respuesta a los sueños de todos. “Para el foráneos, parecía como si fuera el recipiente perfecto para el ciclismo en los años noventa y 2000 en un momento en el deporte se fue expandiendo debido a la Internet, las comunicaciones vía satélite y llegaba a todo el mundo, incluso más que antes. Ahí estaba este tipo carismático, guapo, hablando inglés, superviviente del cáncer; que iba a transformar este deporte nicho de clase trabajadora europea. Y que va a hacer que de repente sea un deporte en el que las grandes corporaciones globales deseen invertir, gente como Nike y otros.” Pero había una posdata. “Por supuesto, el hecho de que resultó ser todo falso, como dice Walsh al final de la película, no debería sorprender a nadie de nosotros, ya que tenía que suceder.”
  En términos de material, Hodge comenzó con David Walsh, tanto a través de su libro como con él en persona. Hodge también trabajó a través de las muchas otras historias sobre Armstrong, principalmente de ciclistas. “Ellos cuentan más o menos los mismos incidentes desde un ángulo diferente”, explica Hodge. “Así que fue interesante poder hacer una referencia cruzada de distintas visiones.
  Luego estaban las declaraciones bajo juramento hechas por muchos de los ex ciclistas de US Postal [equipo de Armstrong], cuando fueron entregando sus pruebas a la USADA [la Agencia Antidopaje de Estados Unidos]. Fueron muy útiles. Y por supuesto, una de las mejores cosas de hacer una película deportiva moderna es que YouTube hace que todo esté disponible de forma inmediata. Esto es así para cualquier tipo de héroe deportivo en la actualidad; viven su vida a través de los medios de comunicación y sociales, a través de YouTube. Y tanto les ayuda en cuanto a la explotación de su celebridad, pero por supuesto, cuando se trata de cosas que van mal funciona también contra de ellos”.
  Cuando Tracey Seaward vió los primeros borradores de los guiones de John, se sorprendió. “La visión inmediata de John de ese mundo era bastante extraordinaria”, explica. “Los consultores profesionales que tenían acceso a algunos de los borradores anteriores pensaron que era increíble cómo logró meterse en la cabeza de los ciclistas, en términos de su forma de pensar. Es una historia bastante complicada de contar con los dos puntos de vista – tienes a Walsh y a Lance, que se podría decir héroe y antihéroe, pero encontró esta increíble forma de equilibrar esa historia “.
  Frears define a Hodge como vital para dar forma a la película dentro de las limitaciones de tiempo.
“No estoy seguro de si sabía qué tipo de película estábamos haciendo al principio, pero era claramente muy interesante. Tuvimos la suerte de escoger a John Hodge, que se abrió paso a través de ello de manera muy delicada. “ Seaward está de acuerdo. “Encontró esta manera de construir cuidadosamente un thriller bien ordenado en lugar de hacer una lección de historia del ciclismo.”
  Frears llega a la conclusión de que uno de los puntos fuertes de Hodge es su habilidad para extraer enormes cantidades de información de un lapso de tiempo de 20 años condensados en una película de menos de dos horas. “Él es muy elíptico; cubre una gran cantidad de cosas, y supongo que son las más importantes”. El consultor de ciclismo de la producción David Millar está de acuerdo, “yo tenía miedo de que John Hodge escribiera sólo de la investigación, sin conocer realmente a la gente y sin conocer realmente el deporte.”

  Frears comenta sobre como Millar llegó a ser parte de la producción. “Estábamos todos aprendiendo sobre la marcha. Me habían hablado del libro “Racing trough the dark” de David Millar, así que hablé con David y él vino a Inglaterra y se reunió con Tim Bevan y Amelia [Granger, productora ejecutiva].”
  David Millar define su papel en la película. “Mi función era dar un punto de vista desde dentro y enseñárselo a Stephen; desde el montar en bicicleta, a la historia de este deporte, a los personajes que intervienen y las personas de la vida real”.
  Bevan contó de nuevo con Kate Salomón, que había trabajado con Working title en otros proyectos, incluyendo “united 93”. Como experta en la investigación para proyectos basados en hechos reales fue muy valiosa en esta etapa, como describe Bevan. “Ella es como un terrier. Se sumergió con todos los implicados y cualquier cosa que tuviera algo que ver con el ciclismo y el engaño y el dopaje. Y a través de eso llegamos a lo que es una ficción, pero espero que la ficción esté tan cerca de la verdad como sea posible”.
  Dada la complejidad de la materia, no iba a ser un proyecto fácil para Frears como él explica. “Fue un curso rápido... yo no sabía nada, nada de ciclismo; nada acerca de Lance. Tuve que aprender todo; Todavía estoy aprendiendo.” Es más, sus amigos estaban obsesionados por el detalle de la cinta. Recuerdo a Paul [Smith] diciendo espero que consigas las bicicletas adecuadas o espero que consigas la ropa adecuada. Así que había mucho que aprender.” Los amigos de Frears pasaron de estar interesados a envidiosos por el proyecto, como describe Frears. “David Walsh me dijo en un momento dado, “vaya, estás mucho más metido en el mundillo de lo que yo llegue a estar”. Fui invitado del Tour de Francia, lo que significaba que vi cosas que los periodistas nunca habían visto. Yo estaba en un coche detrás de los corredores de cabeza y vi cosas que no había visto nunca; ¡Estaban furiosos!”
Sumergirme en el Tour en profundidad con la UCI, organismo rector de este deporte, dio a Frears y a su equipo una fantástica visión de su materia, como dice: “He descubierto la locura que estaba pasando detrás de los ciclistas. Los ciclistas son como personas en una burbuja, que van siempre hacia adelante. Detrás de ellos está toda la organización del Tour. También, comienzas a darte cuenta del circo enorme que es todo el asunto”.
  David Walsh se quedó muy tranquilo por un detalle en concreto. “Cuando veo una película sobre el deporte, suelo quedar invariablemente decepcionado. Siempre se ve como la gente del cine no entiende como es el deporte en realidad o no son capaces de hacer las cosas bien”. Sin embargo, en esta película, continúa, “Lo que vamos a estar mirando es una representación bastante auténtica de cómo el pelotón se mueve y lo que sucede dentro del pelotón. Me alegré bastante, porque como periodista piensas siempre en ser muy meticuloso y preciso, tiene que ser auténtico. Y realmente hicieron un gran trabajo”.

    Estaba claro que era esencial encontrar un actor especial que desempeñara el papel de Lance Armstrong.
  Tracey explica, “Stephen dijo, voy a hacer la película, pero sólo si encuentro a la persona adecuada. Si no tenemos a la persona adecuada para interpretar a Lance, no tendrá ningún sentido.”
  Ben Foster inmediatamente vino a la mente de la directora de casting Leo Davis, como recuerda Tracey. “Afortunadamente, Leo tenía muy claro que Ben era el adecuado, de modo Stephen fue a Nueva York para reunirse con él. Necesitaba estar convencido de que Ben pudiera físicamente llegar a ese punto: la musculatura, su fisonomía... la evolución de este con el paso del tiempo”.
  Ben Foster recuerda un momento gracioso en la primera reunión con Stephen Frears, ya que le habían dicho que era un proyecto secreto. “Nos encontramos en un hotel, en el vestíbulo y viene él, me mira y dice, ¿sabes de qué va el asunto?” Y veo que lleva un libro en la mano sobre Lance Armstrong. Así que le digo “¿Va sobre Lance Armstrong?”. Y de repente dice, ¡” sabía que se había filtrado! ¡Lo sabía, joder! Dije, “lo pone en el libro”, y él sonrió” Frears le contó a Foster, que todavía estaban esperando el guion y le preguntó qué sabía de Armstrong. No era muy fan y no sabía muchísimo, pero lo que sabía era que él es un atleta increíble y que él hizo lo que nadie más había hecho nunca. Pero yo no sabía mucho sobre su historia de fondo aparte de que acababa de hacer la entrevista de Oprah.
  Tim Bevan cuenta, “Stephen miró algo del trabajo de Ben y dijo que eso es todo, él es el hombre.
 Lo que no nos dimos cuenta de cuadraba bien porque realmente se parecía al verdadero Armstrong.
Hay un buen montón de videos en la película de las diversas carreras ciclistas y te cuesta muchísimo distinguir al real Lance Armstrong de Ben si no sabes que es otro tío”.
  Después de su reunión, Foster tuvo que esperar varias semanas hasta que le llegó el guion, por lo que se sumergió en la investigación a fondo. “Acababa de empezar a leer de todo. Hay una gran cantidad de libros sobre el tema y tenía mucho tiempo libre así que empecé a aprender a pensar como un ciclista y cómo montar en bicicleta con esos zapatos tontos.” Foster, tuvo que pasar por un programa severo de pérdida de peso y cambio corporal, así como la formación con la bicicleta, pero fue superando todos los desafíos.
  Stephen Frears habla de cómo Foster se acercó al papel después de su primera reunión. “Su investigación fue increíble. La minuciosidad con lo que lo estudió - él es un actor de método. Con el tiempo piensas ‘este muchacho sabe más sobre él que yo’. Era muy, muy impresionante.” Mostrando un impresionante grado de disciplina, Foster entró en un campo de entrenamiento en Boulder, Colorado, para lograr el aspecto físico requerido. Se integró con el equipo Garmin-Sharp que participaba en el Cross Colorado Tour. Hubo numerosos nuevos retos que superar como describe Foster. “Nunca había montado en bicicleta con zapatillas automáticas [en la que el zapato está unido al pedal], por lo que era desalentador, sobre todo cuando se tiene la oportunidad de pasar tiempo con una cultura que exige tal dominio físico sobre una herramienta, un instrumento.”

   Para el trabajo de preparación física, Foster tenía un tiempo relativamente breve de iniciación, como él mismo explica. “Tenía alrededor de seis semanas para la bicicleta y establecimos un campamento en Colorado con Jesse Plemons.” Plemons ya había sido elegido como el compañero de equipo de Armstrong, Floyd Landis. Foster, continúa, “Fuimos entrenados por Allen Lim [por aquella directora de ciencias del deporte de Garmin-Sharp] y nos entrenó y dirigió.” Como ninguno había usado nunca pedales automáticos, ambos sufrieron unas cuantas caídas, tal como describe Foster.
  “Es claustrofóbico estar atrapado en estos pedales - no es un dispositivo natural; deseas salir de él.
    Pero con el tiempo pudimos coordinar los frenos y los pies”.
  Plemons añade: “Ha sido una experiencia interesante -. Sólo el aspecto físico y sentirse cómodo en una bicicleta, hace que entiendas el esfuerzo y dolor diario que tienen que soportar estos chicos.”
  Seaward se solidariza con Plemons. “Jesse tenía una difícil tarea por delante, porque tenía que convertirse en Floyd... Tenía cuatro semanas para convertirse en un ciclista campeón del mundo.” Lo que resultó beneficioso para Plemons durante la formación en fue que Allen Lim también había entrenado a Armstrong y Landis, como describe Plemons. “tuvo mucho trato con Floyd, por lo que fue la base perfecta para descubrir más acerca de quién era Floyd. Boulder es también un centro para el ciclismo en los Estados por lo que estar en torno a estos ciclistas y el castigo que pasan en el día a día fue clarificador; el sufrimiento que soportan con gusto y dedicación. Eso determina quién llega más lejos - cuanto puedes sufrir y cuánto puedes soportar. Eso definitivamente despertó mi interés una vez que llegué allí. Allen me contó muchas cosas sobre Floyd “.

  Kate Salomón estableció una relación de trabajo efectiva con Foster mientras viajaban alrededor de Colorado en el autobús con el equipo Garmin-Sharp aprendiendo lo que es ser ciclista profesional.
  Como ella misma explica: “Ben y yo nos sumergimos en esta cultura de vida. Hablábamos con los ciclistas y descubríamos la terminología que usan o sus hábitos, les preguntábamos sobre Lance, cosas que nos daba un contexto profundo. Y Ben añadiría esas cosas. Él es un investigador maravilloso; estaba totalmente dedicado a ser lo más cercano a la realidad que pudiera ser”.
  Foster comenta lo desalentador que era viajar en pelotón por primera vez. “Uno tiene que mantener su línea. Estábamos rodeados de una comunidad muy unida que estaban muy preocupados acerca de cómo iban a ser retratados, por lo que no queríamos fingir como era. Este es su mundo; esta es su vida... Así que quería asegurarme de que era preciso. Se lo tomaron muy bien en términos de formación, de darme un curso acelerado. Cuando no estaba en el sitio adecuado me colocaban. Si te preocupas demasiado, como dicen en ciclismo y es válido en cualquier forma de arte o en la vida: sólo mantén la cabeza hacia abajo y no mires atrás”.
  Después de haber visto fotos de Foster y estando bastante convencido de que podría interpretar a Lance, el primer encuentro de David Millar con Foster fue como miembro del equipo Garmin-Sharp en el Tour de Colorado. Él relata esa experiencia. “Muchos de los chicos que estaban allí eran ex compañeros de equipo de Lance. Por lo tanto, Ben tiene una idea real y habló con personas reales que habían corrido y trabajado con él.” Y concluye:” Al ver a su compromiso y su implicación, tenía y tengo 100% de confianza en él”.
  Una vez que la producción se trasladó a los primeros lugares en los Alpes franceses, Tracey Seaward habla de cómo el programa de formación de Foster continuó bajo la dirección del ciclista profesional, Andreas Klier. “Fue un periodo extraordinariamente intenso para Ben, pero se lo tomó muy bien. Lo sorprendente para mí, fue cuando lanzamos nuestro primer fotograma de la película de Ben como Lance Armstrong, ¡La prensa la asumió bien e incluso algunos pensaron que era una foto de Lance Armstrong! Así que, obviamente, lo hizo bien”.
  Un sentimiento compartido por Frears, “Tuvo que aprender no sólo cómo ir en bicicleta; sino como iba él. Por eso había que tener a David u otros ciclistas presentes constantemente aconsejándole. Se sumergió completamente en el papel. Es ese tipo de actor que fuimos muy afortunados de tenerle.”
  Hodge también alaba a Foster. “Fue una actuación de inmersión clásica y pensé que era una maravilla.
Estaba claro antes de comenzar el rodaje que iba a ser bueno; fue una actuación fantástica “.

  La segunda decisión clave de casting fue, por supuesto, el personaje de David Walsh, cuya búsqueda de Armstrong enmarca la película. Para Frears no había otra opción para el papel de Walsh que Chris O’Dowd, “Conozco a Chris desde hace algunos años y es muy, muy inteligente. Están locos por el ciclismo en Irlanda, por lo que sabía un montón del tema.” Y la confianza Frears en O’Dowd para asumir el papel de Walsh ha valido la pena. “Tiene mucho talento. Esa fue la parte fácil. Es muy, muy inteligente e interpreta bien a un periodista porque es sagaz como ellos”.
  Foster, está de acuerdo. “Chris es increíblemente inteligente, extraordinariamente rápido, divertido y un actor generoso. Un artista tranquilo, por lo que nos ayuda a todos a respirar.” Hodge se hace eco de esta alabanza y pone de relieve cómo la personalidad de O’Dowd le hizo tan ideal para el papel. “Chris es un excelente actor y una de las características que aporta es su simpatía y también su integridad de bajo perfil. Confiamos en él y era el chico ideal para llevarnos en este viaje”.
  El editor Valerio Bonelli explica cómo el personaje de David se encuentra en el centro de la película.
   “Cuanto más entramos en ella, la historia de investigación David Walsh se convirtió en el punto central de la película. Es muy inteligente ya que de otro modo no sería más que una serie de hechos.
Sin embargo, se trata de una serie de historias que exponen el juego del poder y cómo esta situación se agravó cuando consiguió un denunciante como Floyd Landis”.
  “Chris es obsesivamente empático,” añade Seaward. “Es como un perro – no suelta la presa. Tienes los dos héroes de la pieza: Walsh y Armstrong; y aquí están Ben y Chris; son personajes muy difíciles”.
  En cuanto a Chris O’Dowd, cuando fue abordado sobre el papel, leyó el guion y el libro de David Walsh y estaba muy feliz de estar involucrado. Además, explica. “Más que nada creo que lo que se percibe en el libro es que ama el ciclismo y como un compatriota irlandés puedo recordar la edad de oro del ciclismo en Irlanda con Sean Kelly y Stephen Roche en los años ochenta. Creo que eso es lo que sentía más que nada - toda la cultura drogas había ensuciado aquello también. Me gustó mucho el libro y pensé que era una adaptación muy razonable y emocionante. Recuerdo que algo raro pasó antes de que llegara en el guion, yo iba por la mitad del libro y estaba cenando una noche con mi esposa. Una chica se acercó y dijo: En realidad no estaba escuchando a escondidas, pero les he oído hablar del Sunday Times y de Lance Armstrong. Y le dije, sí, estábamos hablando de este libro. Y ella exclamó: ¡ese es mi papá! Y resulta que era la hija de David Walsh. Así que tuvimos esta conexión y terminó dándome su número, y nos pusimos en contacto con él antes de que decidir asumir su papel en la película porque definitivamente quería hacer algo adecuado con lo que estaba retratando”.
  Y tener a Walsh en el set durante unos días era un extra muy útil para O’Dowd. “Él es un amor. Se toma su trabajo muy en serio, pero es un tipo muy divertido. Yo le enviaba mensajes a menudo - detalles procedimentales más que cualquier cosa - en términos de cómo llevar a cabo una entrevista y cosas por el estilo. Ha sido un gran recurso y muy servicial con el proyecto. Era bueno tenerlo alrededor”.
  Por su parte, cuando se le preguntó a Walsh que quien le gustaría que le interpretara en la película afirma que: “Nunca pensé en algo así. No podía. Quiero decir para mí la idea de que iba a estar en la película era suficiente.” Sin embargo, cuando se enteró del casting, estaba muy emocionado. “Cuando me dijeron que era Chris O’Dowd - Había visto “La boda de mi mejor amiga” y pensaba que era un personaje muy entrañable, adorable y simpático. Había visto” Mooneboy”, “The IT Crowd, los informáticos” y él siempre estaba genial. ¡Me encantó el hecho de que fuera cerca de diez pulgadas más alto que yo... me hacía quedar mucho mejor! Y la gente me decía, Chris en realidad no se parece a ti, y mi sensación era que eso no era necesariamente algo malo. Lo que tenía que hacer era dejar de aparecer en público; no permitir que nadie vea que realmente no me parezco y dejar que la gente piensa que me veo un poco como Chris”.
  O’Dowd acepta que hay un peso añadido de la responsabilidad en retratar a una persona que había conocido, sobre todo cuando lo encuentras tan encantador. “Lo único que me dijo fue, ‘sabes, ¡a veces yo soy así de idiota!’. Y me gusta eso de él. Él no quiere ser retratado como un chico de oro ni nada eso”.

  O’Dowd cuenta lo que sucedió con Walsh cuando comenzó a presentar informes de sus dudas sobre el regreso de Armstrong-demasiado-bueno-para-ser cierto después de su batalla contra el cáncer.
  “Una gran parte de seguir el Tour de Francia como periodista es tratar con los ciclistas; Conseguir entrevistas sinceras con ellos o no. Y si no lo consigues es muy difícil. La otra cosa que es muy importante es tu vehículo de prensa. Si no consigues un coche de prensa realmente no se puede seguir la carrera. A partir de 1992, David Walsh había estado viajando con otros tres chicos y tenía esta relación tan cercana de pasar atrapado durante tres semanas en un Renault Logan juntos”.
  Cuando Walsh siguió buscando pruebas y presionando a Armstrong en las ruedas de prensa, sus estructuras de apoyo comenzaron a derrumbarse a su alrededor, como dice O’Dowd. “La gente de Armstrong se dio cuenta de que Walsh, era un” huevo podrido” y la forma en que decidieron atacarle era a través de las personas a su alrededor. Se les dijo que no podrían hablar con Lance o cualquiera de sus corredores si se asociaban con Walsh, y en ese momento dejaron de viajar con él, dejándolo por su cuenta en Francia. Ese fue el final para él de seguir el Tour de Francia, lo que es un final muy triste. Particularmente en ese momento cuando nada salía bien, demostró un gran carácter para seguir adelante”.
  La opinión de Bonelli sobre David Walsh es que él realmente creía en la verdad. “Esta obsesión por el deporte limpio y por un mundo justo -. Me sentía que era un soñador, un hombre nadando contra la corriente”. “Armstrong se llevó a todo el mundo con el tiempo”, concluye O’Dowd sobre su enemigo en la pantalla. “Obligó a los escritores a dejarlo, obligó a los médicos en incluso a los periodistas, lo cual es bastante sorprendente.”
  Bevan ofrece su propia visión sobre el personaje de David Walsh. “Él y Lance Armstrong, no como seres humanos, pero en términos de su nivel de intensidad y de no soltar el hueso mordido, son parecidos.
Estaba atascado con esta historia cuando muchas otras personas se habrían rendido. Tiene una enorme indignación moral acerca de las personas que se dopan en el deporte y lo ha hecho la causa de su vida de verdad.”

  Frears y Seaward habían completado recientemente “Philomena”, su quinta colaboración juntos, que se había estrenado con gran éxito en los festivales de Venecia y Toronto, cuando se puso en marcha la producción de su nueva película. Seaward describe los factores logísticos que les obligaron a empezar a rodar tan rápido. “Ante todo, la temporada de ciclismo; con el fin de hacer la película con integridad y para que se viera auténtica tuvimos que trabajar con ciclistas profesionales, y el calendario de los ciclistas profesionales ‘termina a finales de septiembre, y luego se reanuda en algún momento a finales de noviembre. Por lo tanto, la única vez que podíamos tener acceso a un núcleo de ciclistas profesionales iba a ser en esta ventana. “Además de este acceso, el equipo estaba filmando en los Alpes, por lo que estaban luchando contra el tiempo, como explica Seaward. “Es evidente que en este punto - de empezar a rodar a mediados del mes de octubre, camino del otoño en el Galibier, luchábamos contra la nieve - cuando, por supuesto, vamos a rodar una película que tiene lugar en pleno verano. Tuvimos una ventana de diez días para rodar en los Alpes”.
  Frears y el equipo habían sido visitantes del tour 2013 en la etapa estratégicamente crítica y visualmente impresionante del Mont Ventoux. Se fueron con una visión única de lo que es realmente estar en el grueso del pelotón. Como recuerda Seaward, “La escala de la misma es simplemente extraordinario.
Creo que a menos que estés en ella no se puede ni imaginar, por mucho que leas o veas por la televisión. Sólo la emoción de estar allí... es totalmente cautivador. Es un suceso extraordinario, majestuoso... muy, muy impresionante.” Ellos se esfuerzan por recrear esa extraordinaria experiencia en la película.
  Bevan describe cómo Millar se centra en el logro de la autenticidad en la película. “Estaba muy ansioso de que el rodar con la bicicleta fuera representado de una manera que era lo más real posible. Ves la mayoría de ciclismo en la televisión y no tienes ni idea de la velocidad a que estos chicos van.
Así que uno de los retos, en términos de la forma en que rodamos, era dar una sensación de gran velocidad. Cuando se les graba en la televisión el ciclismo es el rey y la cámara viene en segundo lugar  y por supuesto cuando estás haciendo una película, es al revés - la cámara puede llegar a ser rey y el ciclismo puede venir en segundo lugar para que pueda asegurarse de que realmente funciona”.
Durante la visita a la carrera de 2013 en los Alpes con Frears y Seaward, Millar recuerda haber estado abrumado por la magnitud del proyecto. “Me estaba preguntando Stephen, ¿cómo diablos se va a recrear el Tour? ¿Es tan grande? Él dijo que entendiera que él mira las cosas y descubre lo que no puede hacer y trabaja hacia atrás desde allí.” Millar piensa que el equipo fue particularmente valiente, “Una de las razones por las que nunca ha habido una película importante sobre el ciclismo profesional es porque nadie se ha atrevido a asumir el reto antes”.

  Bevan ha querido destacar que “el lado visceral de la bicicleta es lo importante.” El director de fotografía Danny Cohen fue una parte clave de la captura de esto. Cohen llegó al proyecto desde un punto de partida diferente a los otros directores como él explica. “Para mí, fue una cosa bastante sorprendente que hacer ya que llevo yendo en bici muchísimos años, he seguido los Tours a través de los años ochenta y noventa y en la década de 2000. Así que sabía la historia. Conocía los personajes y los había visto en la vida real”.
  Él continúa explicando cómo el cine es multifacético, que abarca partes de la narración tradicional - eventos de la vida que tienen lugar en espacios cotidianos. Luego está la otra cara de la moneda: “¿Cómo transmitir la sensación de lo que debe ser ir en bici... y sobre todo a esa velocidad, cuesta arriba y cuesta abajo? Eso fue sin duda algo en lo que trabajar mucho. Alguien que haya visto el ciclismo en la televisión sabe la manera tradicional, con lo cual se pone una cámara en una moto y vas acompañando, o hay una cámara en un helicóptero. Ese es el lenguaje de las películas de ciclismo Tour de Francia o de las personas están familiarizadas con ellos. Pero estábamos tratando de utilizar otras formas para hacerlo más emocionante de ver”.
  Millar estaba de acuerdo en que había que tratar de evitar en el rodaje el aspecto de la cobertura televisiva de este deporte. “Siempre se ve el mismo estilo exterior. Hemos tratado de traer las cámaras mucho más cerca y mostrar un prisma que nadie ha visto antes y hacer que sea mucho más personal.
  No ha sido fácil, pero es una manera de ver este deporte que nadie ha visto antes”.
Cohen sigue: “Creo que cada vez que hay movimiento en el cine, o la oportunidad de filmar el movimiento y tener cámaras en movimiento, tienes que tomar ese camino. ¿Qué se puede hacer con una conversación entre dos personas en una habitación de hotel? Ahí estas limitado. Considerando que, en una conversación entre dos personas en bicicletas a 40 millas por hora, hay un poco más de acción sucediendo. Creo que eso es lo que es bastante divertido de la película, que choca entre opciones de estilo muy sencillo y algunas cosas fuera de lo habitual. Ponemos pequeñas cámaras en bicicletas, se utilizan grúas en la parte posterior de seguimiento de vehículos, y hemos utilizado todo tipo de diferentes medios para conseguir la sensación de velocidad, que siempre el auténtico desafío. Pero cuando obtuvimos resultados, aderezan la historia, da una idea de lo que debe ser ir a toda velocidad por una montaña”.

  “Es una gran responsabilidad conseguir plasmar las cosas al detalle”, asegura David Millar, “y todo el mundo era plenamente consciente de ellos, desde el vestuario, a Stephen, el maquillaje, los actores. Todo el mundo quiere que sea auténtico y respetar el deporte. Lo cual es muy amable, ya que es una historia polémica y podría fácilmente dejar de lado el aspecto del ciclismo y basarse solo en la historia humana y la periferia. Han mostrado un gran respeto a nuestro deporte. Somos muy afortunados.” Millar concluye: “Los ciclistas deben apreciar que ha habido una gran cantidad de esfuerzo dedicado a hacer que sea lo más realista posible”.
  Millar fue el encargado de reunir los ciclistas profesionales requeridos. “Necesitábamos diez profesionales al menos e íbamos a conseguir 20 aficionados en Francia. Pero era final de temporada para los profesionales, por lo que no querían pasar dos semanas y media en los Alpes en octubre, ya que es su tiempo de vacaciones. “Millar sin embargo logró alinear un grupo de profesionales europeos experimentados: “Andreas Klier, que ha sido un gran capitán de ruta y que se había retirado de la competición ese año; Servais Knaven, que ganó la París-Roubaix; son dos de los más grandes ciclistas de carreras de un día en el mundo. Y también algunos profesionales y británicos jóvenes. Yanto Barker que era el piloto número uno británico ese año; También algunos chicos muy jóvenes -.
  Británicos y un par de americanos”. Estos diez llevaron un grupo adicional de ciclistas aficionados, como explica Millar. “Los 20 aficionados eran grandes; trabajaron muchísimo y nunca se quejaron.
  No eran las condiciones de trabajo ideales - a menudo hacia mucho frio y tenían que esperar quietos sin saber qué hacer. Ellos estaban replicando las carreras sin estar totalmente en formando. Escalaban el Galibier, que está a 2.400 metros, a finales de octubre, fue muy duro”.
  Para Cohen, contar con corredores experimentados era absolutamente esencial para conseguir una imagen convincente. “No podía imaginar que esto ocurra de otra forma”, dice. “Se necesitan personas que estén cómodas rodando rápido, muy cerca de otras bicicletas, de los coches, son gente extraordinaria – y para eso necesitas ciclistas profesionales. No hay otra profesión donde la gente emplea todas esas diferentes habilidades que se adapten a lo que estábamos tratando de hacer. “Cohen también sabía que los actores debían llegar a sentirse confiados en la carretera, como él describe.
“Ben entrenó muchísimo y luego el grupo de ciclistas profesionales fueron capaces de nutrirle y darle la confianza para desplazarse a gran velocidad. Es bastante sorprendente. Un pequeño error y podría haber sido terrible, así que permanecer las tres semanas en los Alpes sin un rasguño – Todavía tengo los dedos cruzados”.
  Bonelli, encargado de la mezcla del material filmado con material de archivo, estaba muy impresionado por la fotografía: “Creo que Danny lo ha hecho genial haciendo la película muy interesante, con los ángulos de cámara, consiguiendo que pueda contar la historia desde el punto de vista del ciclista. Creo que se puede decir que esto nunca se ha hecho antes, en términos de sentirte como Lance cuando está subiendo los Alpes, poniendo cámaras pequeñas en la parte inferior de las motos.
Consigues ver que el mecánico fija los engranajes cuando están en la carretera y luego verlo salir de al lado del coche y presenciar de cerca este mundo loco de adrenalina y la emoción y el peligro de los que ruedan a 80 km/h cuesta abajo y todo ello lo sientes en la película.”
  Foster, habla de lo que se siente al filmar las escenas de ciclismo, sabiendo que el ciclismo se presentaba de una manera que no se ha visto antes. “Danny Cohen es como un animal... se abalanza sobre el plano, siempre estaba encima, muy centrado. Tuvimos un gran equipo y estos son chicos que les gusta su trabajo y el riesgo que conllevar.” Foster, llega a la conclusión de que el enfoque era no volver a recrear completamente las carreras. “Creo que estábamos pagando tributo a muchas de las carreras. Algunas personas que estaban allí cuando estábamos rodando, habían estado allí con Lance, decían justo así, o los pantalones cortos están mal y que era un día lluvioso no un día soleado...
  Y daban mil detalles. Así que de nuevo para Stephen y nosotros ha sido hacer la tarea y luego dejar que la cosa sea lo que es; porque no es un documental - es la historia de un corredor llamado Lance Armstrong nada menos”.
  Foster también refleja el enorme valor que los ciclistas profesionales llevados a la producción aportaron y a él personalmente: “Si piensas que, hombre, acabo de coger la bicicleta por primera vez hace seis semanas y ahora tengo que llevar una camiseta de color amarillo en el pelotón y subir el Alpe d’Huez, no va a funcionar. Así que la fe es la creencia y resulta que al estar rodeado por una gran cantidad de hombres que han vivido ese sueño, que ha subido por el Alpe d’Huez y ayudaron a otros chicos a subir y ganar. Así que estaba en muy buenas manos”.
  El ciclista Andreas Klier estaba muy impresionado con el desarrollo de Foster en una bicicleta. “Su progresión es muy grande. Está aprendiendo muy rápido. Se comportaba como un profesional sin haberlo sido nunca en su vida. Así que creo que esto es una habilidad innata del actor”.
  Para David Millar, la investigación que Frears, Hodge y los productores hicieron siguiendo una etapa del Tour fue muy valiosa para la comprensión de la misma. Explica: “Vieron el evento y la magnitud del mismo. Me quedé impresionado por ellos realmente. Cuando llegaron, pensé que una de las razones por las que una película de ciclismo no se había hecho antes era porque parece casi imposible volver a recrearlo. Encontraron el medio para hacer que parezca real. Hicieron un buen trabajo”.

  Jesse Plemons habla sobre el inmenso reto de seguir la ruta del Tour. “Una vez que llegamos a Francia, las montañas son increíbles, casi no tiene sentido que estos chicos sean capaces de hacer esto y a un ritmo de 25 a 30 millas por hora cuesta arriba fue realmente surrealista, fue como si nos arrojaran en las cuestas y nos dijeran sólo tienes que seguir pedaleando”.
  Foster, está de acuerdo en que subir el Alpe D’Huez es una misión casi imposible, ya que, bromea, “No debería hacerse esa subida en una bicicleta en absoluto!” Para Foster, imitar a Armstrong en una bicicleta fue un reto añadido. “Encontrar una postura representativa de la firma de Lance era muy importante. Por eso, conseguir estar posicionado en la bicicleta e imitar su ritmo de pedales y darse cuenta de que sus talones van un poco hacia fuera, un poco como una pato, y él tiene un arco en la espalda y como coloca las caderas. Es casi como un pájaro - él es como un buitre o un halcón o una cobra enrollada. Por lo que encontrar una posición que fuera natural dentro de mi cuerpo, pero conservando su firma era algo que nos pasamos un montón de tiempo refinando. Eso era muy importante, porque cualquier persona que ame el ciclismo recuerda como era él”.
  Uno de los aspectos más difíciles de las sesiones fue el rodaje de los adoquines en un día muy húmedo; una superficie de carretera muy difícil, ya que explica Foster. “No se puede frenar sobre los adoquines o te caes y te partes las rodillas con los adoquines. Pero en realidad me gustó más porque hay que rebotar, tienes que estar muy concentrado e improvisar el recorrido adelantándote a las irregularidades. Más deslizarte y es menos lineal.” Se requiere concentración completa, pero estas escenas consiguieron que Foster se ganara la aprobación de los ciclistas. “Estaba en la bicicleta y estaba lloviendo a cántaros y tratando de seguir un camión y sentir esta tormenta de ciclistas detrás.
  Alguien piso el freno; me desvié del camión, crucé un campo y volví como pude y lleno de barro de nuevo a la carretera. Creo que ese fue el día en que en realidad me vieron no como Ben el actor, sino un ciclista más, porque Lance hubiera hecho lo mismo; en una etapa el cortó por en medio de campo también. Así que después de eso ellos fueron un gran apoyo. Creo que hizo falta ese día peligroso y lluvioso para que ellos estuvieran a gusto conmigo rodando.”
  Y para Foster, tener a Millar en el set fue crucial para mostrar el ciclismo en el trabajo de la película: “David Millar es una leyenda. Ha sido el director de la parte pura de bicicleta. Nos puso en manos de sus amigos y algunos chicos del equipo Garmin y corredores de otros equipos, y mantuvo su ojo en la forma de representar el ciclismo de manera que la comunidad ciclista pudiera sentirse reflejada.
  David fue después la esencia y el sentimiento; lo esencial, la experiencia de lo que significa montar durante seis horas y mantener el sufrimiento y poder moverme a través de; del cómo respira un pelotón, cómo gira como una bandada de pájaros. Fuimos bendecidos de tener el ojo de Millar allí en todo momento”.

  La gran mayoría de la película fue filmada en localizaciones externas al estudio. Las escenas que se rodaron en bicicleta fueron realizadas en montaña en lugares franceses icónicos que incluyen la Col du Galbier, La Grave, que hizo las veces de Sestriere y probablemente el pico más mítico del Tour, L’Alpe d’Huez. La producción utiliza también Charleville, Maing, donde se situó el paisaje plano del norte de Francia, mientras que la ciudad de Bouillon en Bélgica fue el escenario de la carrera de la Flecha-Valona.
  Los Alpes fueron siempre una preocupación para la producción, explica Seaward, “Llegamos a principios de octubre para ensayar y había una cantidad de nieve increíble, lo que realmente hizo que nos enfrentáramos a la realidad de nuestra ubicación.”
  David Millar hace hincapié en la unidad, “El mayor obstáculo era conseguir rodar todos juntos antes de que llegara el invierno, si queríamos filmar en los Alpes y obtener el material a tiempo.
Además, tenía que ser el final de la temporada en la que podríamos utilizar a los profesionales; porque antes seguían corriendo. Se convirtió en gran medida en una carrera contra el tiempo. En algunos aspectos, era un obstáculo, pero en realidad nos beneficiaba ya que teníamos que estar muy concentrados y clavarlo”.
  A pesar de estas preocupaciones prácticas, Danny Cohen insiste en que, “La localización fuera de estudio ofrece cierta veracidad, cinematográficamente.” Frears utiliza sobre todo el rodaje en exteriores, una práctica que apoya Cohen. “La película trata de hacer algo real en frente de la cámara.
  La verdadera luz en una habitación de hotel o una casa al instante te ofrece algo con que trabajar; mientras que, si está trabajando en un estudio, es un poco más restrictivo. Inevitablemente siempre hay limitaciones en un estudio. El lugar de trabajo te libera y restringe a la vez, lo que es una forma interesante de hacer las cosas“.
  Seaward afirma que una de las inmensas tareas a las que se enfrentaron era el diseño de vestuario, Jane Petrie tuvo que equipar el elenco de ciclismo a lo largo de las distintas épocas. “Jane tuvo que crear 200 equipos diferentes, en general para los diferentes años que estaban mostrando en el Tour.”
  “Los inicios y los finales de carreras en las ciudades, fueron un reto particular”, dice McDonald. “Estos son enormes en términos de espectadores y caravana. Vimos el final en el Mont Ventoux: Tienes unas 250.000 personas allí - cuando se llega al Alpe d’Huez suben entre 500-750,000 personas así que tuvimos que condensar, obviamente, nuestros marcos para mantener las impresiones de escala.
   Así que es humo y espejos; es ilusión. Y la ilusión ha valido la pena”.
  Sobre la necesidad de replicar la gran escala comenta Seaward: “No se puede tener 50.000 espectadores; no se puede tener la cabalgata, así que hay que tener una delicada mezcla entre el archivo y nuestro material. Estamos mezclando eso, y que haya funcionado tan bien, demuestra lo bien que Danny Cohen ha rodado y lo brillante que Ben y los otros tipos son en la edición.
  Bonelli encontró en las imágenes de archivo un recurso inmenso, como él mismo explica. “Para mi trabajo, cada vez que tengo un problema voy a los archivos, entro en el material de archivo real y siempre encuentro un audio de un comentarista o periodista que desbloquea mis problemas y todo tiene sentido. Es simplemente increíble porque la realidad de lo sucedido es más fuerte que cualquier ficción o película”.
  Así como en las escenas de acción, McDonald señala que hubo también interiores a considerar. “La otra diferencia está tratando con el paisaje enorme y luego ir a pequeñas habitaciones de hotel. Hay este bello contraste entre enormes espacios y espacios claustrofóbicos. La comprensión de cómo viven los ciclistas cuando están en el Tour durante la temporada de carreras fue fascinante para mí.
Por lo que el contraste de escala también fue muy interesante. Todo es cuestión de poner a Lance y muchos de los personajes de la película en pequeñas cajas que contrastan con los grandes paisajes; el enorme contraste con el claustrofóbico”.
  Y la película no sólo cubre la vida de Armstrong en el Tour, como nos recuerda McDonald. “Entonces, por supuesto, tenemos la casa de Lance y de repente fuimos capaces de ilustrar de manera espectacular la riqueza que generaba y la escala y la fastuosidad que este joven consigue a partir de unos inicios muy humildes. Por lo que el contraste en las escalas a menudo implica nociones económicas”.
  El aspecto de la película también se rigió por las observaciones del mundo de ciclismo de McDonald.
   “Las dos cosas que afectaban más al final eran: enormes paisajes - de color naturalista, orgánico; y el color plástico impuesto. Las bicicletas, los trajes, las habitaciones de hotel, los interiores eran un completo contraste con el paisaje. Disfruté el reto de trabajar con colores muy brillantes, llamativos, debido a la yuxtaposición que ejercen. Cuando fuimos a los interiores tenía muchas ganas de introducir tanto como pude materiales orgánicos, hay una gran cantidad de madera en el interior, y hay un poco de mármol y piedra por lo que estaba tratando de integrar los dos mundos, lo orgánico y naturalista con el color plástico.” McDonald llega a la conclusión, “el plástico, llamativo, es siempre algo que he evitado en mi trabajo, así que disfrutó de la oportunidad de hacer algo distinto”.

  La película llegó a la línea de meta después de un período de tiempo muy concentrado. Para Walsh, su historia con Armstrong fue la historia más épica, que culminó al escribir su libro. “Creo que he dicho todo lo que se podía decir y la única manera de que pudiera hacer el libro tan rápido fue darle un toque personal. Escribirlo como una entrada en el diario larga. Aquí es donde empecé en este viaje y aquí es donde voy a terminar.” Y continúa:” Ha sido una experiencia extraordinaria pensar que en un año a partir de mí libro, la película había sido completamente rodada. ¿Cuántas veces pasa eso en la vida? Alguien ha escrito un libro, el libro entra en tiendas. 11 meses más tarde y la película está rodada”.
  ¿Y la experiencia general de la filmación de Millar? “No puedo creer que consiguiéramos dos semanas [de ciclismo en los Alpes] sin choques, no hemos tenido accidentes. Eso dice mucho acerca de la destreza de los chicos y el respeto que se tenían los unos por los otros.” Seaward no podía estar más de acuerdo. “Fue un gran alivio lograrlo en el par de semanas que teníamos en los Alpes, lo logramos y el material fue genial y nadie se lesionó.”
  “Creo que es la película más difícil que he editado hasta ahora”, concluye Bonelli, “ya que hay muchas maneras de contar la historia y tanta información que ha sido difícil armarlo todo junto.” Comenta Frears. “La información venía todo el tiempo y poco a poco lo que estás haciendo es la síntesis de todo y llegando al punto donde hay un guion y hay una historia; ya que, en todo caso, no había demasiada información.” Bonelli espera que el público vaya a salir con una mayor comprensión de la complejidad del tema. “¿Cómo un ser humano se hizo más y más corrupto debido a la sed de poder y cómo la búsqueda de David Walsh es la luz en esta historia? Estaba tratando de buscar la verdad, no necesariamente quería derribar a Lance, pero se encontró con que se enfrentaba a un sistema entero.”
  Foster, por su parte, concluye: “Es una hora y media de entretenimiento; contar una historia y espero que se obtenga una sensación un poco más compasiva o una manera diferente de ver las cosas.
   Un poco más conectado a su prójimo. Creo que ese es el único objetivo”.
  O’Dowd espera por su parte que los espectadores se irán con una visión más clara de la historia.
“Creo que el público va a entender la forma vengativa, tan manipuladora y egoísta que Lance ejercía contra todo y todos. Así como que aún quedan buenos periodistas en el mundo”.
  Seaward se enorgullece de un objetivo, la película se desarrolla para lograr algo, “Para hacer realidad el mundo del ciclismo con todo el respeto posible. Es una enorme comunidad. Sólo esperamos que estamos haciéndoles justicia”.
  Y la última palabra en una película sobre Lance Armstrong es del director, Stephen Frears. “Él es el hombre más complicado del mundo. Espero que tenga un buen psicoanalista”.

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