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INFORMACIÓN
Titulo original: Comoara
Año Producción: 2015
Nacionalidad: Rumanía, Francia
Duración: 85 Minutos
Calificación: Autorizada para todos los públicos
Género: Comedia
Director: Corneliu Porumboiu
Guión: Corneliu Porumboiu
Fotografía: Tudor Mircea
Música: Laibach
FECHAS DE ESTRENO
España: 16 Diciembre 2016
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Surtsey films


SINOPSIS

Costi tiene un hijo de seis años al que le lee todas las noches algún cuento. Un buen día su vecino le comenta que en el jardín de sus abuelos se encuentra enterrado un tesoro y que si ella alquila un detector de metales le regalará la mitad de todo lo que encuentren. Puestos manos a la obra tan solo disponen de un fin de semana para lograrlo aunque tengan que empezar a sortear un sin fin de obstáculos...

INTÉRPRETES

TOMA CUZIN, ADRIAN PURCARESCU, CORNEIU COZMEI, RADA BANZARU, DAN CHIRIAC, IULIA CIOCHINA, MARIUS COANDA, FLORIN KEVORKIAN, LAURENTIU LAZAR, CIPRIAN MISTREANU

MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS

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Festivales y premiosPREMIOS Y FESTIVALES

- Festival San Sebastián 2015: Zabaltegi
- Festival de Cannes 2015: Premio A Certaint Talent

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Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA

ENTREVISTA AL DIRECTOR...
¿Cuál fue el punto de partida de la película?...
.- Inicialmente, tenía el proyecto de hacer un documental sobre un amigo actor y director, Adrian Purcarescu, que nunca pudo terminar su película, comenzada hace diez años, por falta de financiación. Rodé una entrevista con él, en la que me hablaba de las secuencias que faltaban en su película. Pensé que juntos íbamos a lograr terminar esa película incompleta, pero yo no quedé satisfecho con el resultado. Solo él podría haberla terminado. No obstante, quería continuar con el proyecto de otra manera. Entonces caí en otra historia que Adrian me había contado… una leyenda local.

¿La historia de un tesoro?...

.- El bisabuelo de Adrian habría enterrado su fortuna en el jardín antes de que los comunistas llegasen al poder. Me dije que ahí había material para enriquecer mi documental. Entonces, ambos partimos en busca del tesoro con un equipo de rodaje y un especialista en detección de metales. En el jardín de su bisabuelo, empezamos a explorar con ayuda de dos detectores de metales, uno sonoro y otro con imágenes 3D. En el transcurso de nuestra búsqueda, escuché a mi amigo y me di cuenta de que no solo estábamos buscando un tesoro, sino también el recuerdo de las vidas humanas que componían su familia. A pesar de nuestros esfuerzos, no encontramos el rastro del famoso tesoro. En ese momento, decidí transformar la desventura en ficción, vengarme de algún modo de esta historia fracasada, darle forma de comedia ¡porque era la única manera de que fuera soportable!

¿Cuál es la parte documental de su película?...

.- En el montaje del proyecto inicial, me intrigó la singularidad de este jardín y la casa en que buscábamos el tesoro. Nuestra situación me hacía plantearme numerosas preguntas: ¿Cuál es nuestro presente? ¿Cómo lo vivimos? ¿Cuál es nuestra relación con la historia? Durante la Segunda Guerra Mundial, esa casa albergó a dos oficiales del ejército alemán. Más tarde, en 1947, los comunistas la nacionalizaron. El bisabuelo, el abuelo, la abuela y la madre de mi amigo fueron deportados a Caracal, al sur del país. Cuatro años más tarde, regresaron al pueblo, pero nunca más habitaron la casa. Construyeron otra. La primera casa se convirtió en farmacia, cuadra y escuela infantil hasta la Revolución. En 1989, fue transformada en un bar de striptease. En 1997, tras años de juicios, la familia de mi amigo recuperó finalmente la propiedad, pero los últimos «inquilinos» la habían dejado en ruinas. Me gusta trabajar en historias enterradas que el cine puede sacar a la luz. Yo ruedo en el presente: en la superficie, tenemos acceso al mundo tal y como es, pero tras las apariencias se esconden varios niveles sorprendentes, un terreno ideal para construir ficción.

Para alimentar su ficción, ¿se sirve de las vivencias de sus actores?...

Para escribir el guion, organicé mi material documental en torno a un personaje ficticio, Costi, joven padre de familia que vive en Bucarest en un equilibrio frágil. Para interpretarlo, elegí a Toma Cuzin, que fue minero antes de convertirse en actor. También quise que él interpretase junto a su propio hijo de seis años y su mujer, pintora. De él me gustaba la libertad con que se desplazaba por el jardín en busca del tesoro. Tiene instinto, una gran fuerza vital. En esta película, quería capturar también la relación con su hijo, muy diferente a él. El otro actor es mi amigo Adrian Purcarescu y el tercer papel lo interpreta un actor no profesional, Corneliu Cozmei, ex militar, que en la actualidad trabaja en una empresa de detectores de metales (le encuentro cómodo y superado por sus máquinas al mismo tiempo).

¿El título de su película juega con las expectativas del público?...

.- El título evoca nuestra fascinación por el oro. Simbólicamente, es como buscar el sol en la tierra. En la película, se descubre más adelante que la luz juega un papel esencial.

Pero, finalmente, ¿qué buscan estos dos hombres tan diferentes en el fondo de este jardín misterioso?...

.- Para Adrian, la principal motivación es inmediata porque debe encontrar dinero para no perder su casa. Sin embargo, también quiere afrontar la historia y la herencia de su familia. Costi, padre joven y funcionario, no cuenta con un móvil muy claro para embarcarse de manera tan espontánea en esta aventura junto a su vecino, Adrian. A lo largo de sus peregrinaciones por el jardín, Costi descubre la historia de la familia de Adrian y poco a poco la hará suya. Él también acabará perdiéndose en ese «abismo de la historia». En el fondo, busca la libertad porque se siente prisionero de su vida, su pareja, su trabajo. Le motiva una especie de fe, e inicia esta búsqueda simbólica y «heroica» para reafirmarse y demostrarle algo a su hijo. En definitiva, los dos héroes cavan un hoyo y acaban por liberarse del abismo.

Los buscadores de oro cavan un hoyo y se arriesgan a caer en su propia trampa. ¿Le divierte la dimensión burlesca de esta misión?...

.- Para mí, todo este jardín se parece a un hoyo en la historia. En grandes planos, doy la sensación de que están perdidos, sus recorridos son laberínticos. Nunca conseguimos situarlos; giran alrededor del árbol destrozado, dividido por la mitad por la luz de alguna manera. Tres personajes buscan algo en la tierra; es desesperante y cómico al mismo tiempo. Al «experto» en detección de metales le supera la técnica, la espera es tan larga que la tensión entre los tres hombres crece…

Sitúa usted la búsqueda del tesoro como núcleo de la película y juega con la dilatación del tiempo y los aspectos tragicómicos. ¿Cómo imaginó el ritmo de esta película, compuesta por escenas?...

.- En la primera parte de la película, en la ciudad, utilicé primeros planos, con campos/contracampos, para mostrar el intercambio entre los personajes y sus límites: en la segunda parte, la búsqueda del tesoro, quería concentrarme en el punto de vista de Costi. El espectador entra en el jardín con él y le sigue a lo largo de sus peregrinaciones. Quería dar la impresión de que Costi está perdido en un jardín infinito y que arrastre con él, espero, al espectador.

¿Por qué el niño juega un papel tan central en esta película? Esto podría darle la dimensión de cuento…

.- La relación entre Costi y su hijo de 6 años, así como la historia de Robin Hood que le lee por las noches, nos permite comprender mejor la tensión que habita en él y su relación con el mundo. La presencia del niño ayuda a desarrollar el relato por capítulos, mientras lleva a la revelación final. En Rumanía, los niños ocupan un lugar muy especial en la sociedad porque la gente proyecta mucho en ellos; se espera que sean mejores que sus padres y que la próxima generación viva la buena vida. Por este motivo, cada generación se considera la generación del compromiso y el sacrificio. Mis abuelos fueron a la guerra, mis padres vivieron el comunismo y mi generación debe encontrar su sitio en una sociedad tras la Revolución…

¿Ha querido jugar con los elementos de un western para desplegar mejor otros hilos narrativos?...

.- Me encantan los westerns de John Ford y, sobre todo, determinadas películas como EL TESORO DE SIERRA MADRE de John Huston, ¡que también relata la caza de un tesoro! Pero más bien me inspiré en LAS NOCHES DE LUNA LLENA, de Éric Rohmer, para contar principalmente una aventura muy singular, entre los personajes y su pasado.

¿Por qué el tema de la violencia aparece tanto en la película?...

.- La película gira en torno a la noción de la propiedad: aquello que encuentran o no en el jardín de sus abuelos, aquello que transmiten a sus hijos, el miedo a ser acusado de robo, etc. El cuento de Robin Hood que el padre lee a su hijo no narra nada distinto en el fondo. El jardín y la casa de la película han cambiado de propietario con frecuencia: jardín de infancia en la época comunista y bar de striptease después de la Revolución antes de volver a las manos de la familia de Adrian. Yo traduzco esta violencia sobre la propiedad, tan particular en Rumanía, por una alusión a los westerns, donde los hombres se disputan sin cesar la propiedad de la tierra, los seres, los objetos.

Sus personajes se encuentran a menudo en situaciones que les superan. ¿Le gustan estas historias (de familia) ancladas en la historia?...

.- A menudo, intento desarrollar mi narración a partir de hechos reales, como, en esta película, los avatares de la vida de la familia de Adrian y la relación de Costi con su hijo. Me gusta sobreponer estas pequeñas historias que, al fin y al cabo, reflejan una parte de nuestra sociedad. De alguna manera, todos somos «productos» de la historia. Rodamos la caza del tesoro en Islaz, el pueblo donde se declaró la Revolución en 1848. Se trata de un símbolo, ya que la historia de Rumanía ha conocido numerosos cambios. ¿Cuál habría sido la vida de Adrian si el comunismo no hubiese existido? Si encuentran el tesoro de sus abuelos al final de la película, ¿tendrá la historia algún sentido? A menudo la realidad es más absurda. Mis personajes encuentran otra cosa: una sorpresa, algo inesperado.

¿Destaca usted los sonidos y las imágenes del detector de metal para mostrar la absurdidad de un diálogo entre el hombre y la máquina?...

.- Para mí, el experto que maneja con destreza el detector sonoro y de 3D es un poco mi alter ego como director: ¡avanza sobre un terreno desconocido tratando de controlar a la vez la imagen y el sonido!

En su película METABOLISMO (CAE LA NOCHE SOBRE BUCAREST), su alter ego, el director, predecía el fin de la cinta de celuloide y de un determinado tipo de cine. ¿Por qué ha rodado por primera vez en digital?...

.- Había realizado varios intentos y terminé por rodar en Cinémascope, más adaptado para filmar a tres personajes en la naturaleza al mismo tiempo. Me gustó trabajar en digital por la estética: podía controlar la luz con más precisión, resaltar mejor los detalles de la decoración. Asimismo, la digitalización me permitía pasar más tiempo con los actores, sobre todo con los no profesionales, como el niño, Cornel o la mujer de Costi. Durante mucho tiempo, solo he apostado por la cinta, pero a partir de ahora voy a filmar todo en digital.

¿Qué le atrae de personajes como Costi y Adrian en EL TESORO, que intentan eludir la ley?...

.- En todas mis películas, los personajes se enfrentan a las leyes y se plantean la cuestión de la libertad. Pero es un poco como el fútbol en mi película anterior, MATCH RETOUR: siempre están las reglas y el juego. Cada uno es su propio árbitro.

¿Quiere eludir las reglas?...

.- Siempre tengo miedo de seguir las recetas. Cuando escribo un guion, me gusta mucho cambiar, en el casting y en rodaje, etc. Mis películas parecen muy conceptuales, pero quiero tener el tiempo y la libertad para improvisar. Para mí, una película se hace únicamente en el plató de rodaje. En el caso de esta película, el reto residía en encontrar el «tono» adecuado. Filmando la búsqueda del tesoro de una manera muy realista, habría podido caer en la comedia de situación o la caricatura. Sin embargo, mis personajes están depurados, casi como arquetipos, con rostros rígidos para encarnar sus historias sin explicarlas demasiado, espero.

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