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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras su presentación en el Festival de cine en español de Málaga llega a las pantallas comerciales españolas este espléndido documental.
Después del éxito conseguido con 'Guadalquivir' (2013, Joaquín Gutiérrez Acha nos muestra ahora las bellezas de la zona norte de España en 'Cantábrico' (2016) donde en la Península Ibérica hay una gran cordillera de más de 400 kilómetros que se eleva como una gran barrera paralela a la costa del mar que lleva su nombre.
En su otro lado, la cordillera Cantábrica está repleta de cañones y tupidos bosques de hayas, álamos y castaños.
La influencia del mar, determina un clima con abundante lluvia originando montes de exuberantes vegetación.
Es el lugar perfecto para esconder un gran número de animales y otras forma de vida que cohabitan aquí desde tiempo inmemorial. Pero por encima de todo, es el territorio de una de las criaturas más formidables del hemisferio norte: el oso pardo cantábrico. Este animal es uno de los elegidos para ser centro y eje de esta película que, a través del hilo conductor de las cuatro estaciones, conocemos a los habitantes de la montañas, los bosques y los prados cantábricos. Un lugar donde la fantasía y la realidad parece que caminan juntas. Sus animales son los protagonistas de este documental, donde cada uno de ellos escenifica su historia.
La cordillera Cantábrica es un puzle de paisajes metidos entre valles y picos, cada pradera es una isla, cada mata de bosque un mundo, cada crestería rocosa un refugio.
Este film de alta calidad da a conocer este territorio salvaje con una biodiversidad bastante desconocida. Para ello se recorre la Cordillera Cantábrica contando las historias de las diversas especie de animales, como el oso pardo, el gato montés, el urogallo, la víbora de Seoane, la mariposa hormiguera, los salmones, los armiños, las plantas carnívora o las arañas y mariposas.
Así se da a conocer la vida salvaje de estos lugares mediante la observación de la naturaleza para que sea conocida de todos.
Se trata de un documental de naturaleza que traslada al espectador a la tierra donde conviven especies que contribuyen a la existencia de un paisaje único.
No hay que perderse las estupendas secuencias de sus imágenes, las escenas de la caza de un ciervo por una manada de lobos o de una pareja de arañas en un divertido cortejo y apareamiento.
El resultado es fruto de dos años de rodaje con un coste de dos millones de euros que han merecido la pena para captar tanta belleza y con imágenes muy valiosas de especies que están a punto de extinguirse.
Junto a todo ello nos deja el mensaje de que ante el deterioro del medio ambiente debemos cuidar la naturaleza y procurar conservarla, debido al peligro que corre su deterioro cada vez mayor, para las generaciones venideras.
Este cuarto documental de Joaquín Gutiérrez Acha está contado con una voz en off que explica lo que tal vez desconocemos de lo que estamos viendo con respecto a los animales y flora de manera didáctica para todos, aunque abusiva en su texto, con una bellísima fotografía que se beneficia de las más avanzadas técnicas y envuelta en una espléndida e inspirada banda sonora que acompaña en todo momento a las imágenes.
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